Según la información, los turistas fueron requeridos por miembros de la Dirección Desconcentrada de Cultura Cuzco (DDCC) por alterar el orden «en un conjunto de viviendas ubicadas en el sector de Mulluqocha del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán.»
Agregó que las autoridades llegaron al lugar «cuando se escuchó música estridente y gritos destemplados del grupo de aproximadamente 60 turistas que, al parecer, participaban de una frenética fiesta».
Todo parece indicar que lo sucedido el domingo en Sacsayhuamán fue una fiesta electrónica clandestina pero el jefe de la policía turística de Cuzco, Juvenal Cereceda, elevó la juerga a la categoría de orgía.
Las fiestas se repetían en cuatro chozas construidas ilegalmente junto a las ruinas y eran casi diarias, pero quienes cayeron detenidos fueron sesenta turistas, la mayoría israelíes, en la madrugada del lunes cuando la policía encontró a alguno de ellos manteniendo «relaciones sexuales», como explicó Cereceda.
Las autoridades de Cultura anunciaron que se demolerán las cuatro viviendas donde se registraron los hechos, ya que fueron construidas de manera clandestina y afectan el patrimonio cultural del país.
El subdirector de Patrimonio Cultural y Defensa del Patrimonio de la entidad, Marco Marcés Pareja, señaló a Andina que una de las viviendas tenía un sótano en el que se encontró 21 piezas de cerámicos incas «que probablemente fueron desenterradas durante la construcción del inmueble».
La semana pasada las autoridades peruanas advirtieron a los turistas que se desnuden en los lugares arqueológicos y patrimoniales serán expulsados del lugar y reportados a sus embajadas.
Esta declaración se dio tras un nuevo caso de intervención policial después de que cuatro turistas se tomaron fotos desnudos en Machu Picchu, algo que está de moda en el mundo.