‘El 2016 fue el año del entendimiento de los compañeros, esperemos el del 2017 sea el de la reconquista’. La frase pertenece a uno de los Popes Políticos más con más jerarquía (sino ‘el más’) de la Política riojana, y resume el escenario político actual de la Provincia. Muchos creen que lo más importante en la Política son las ‘elecciones’, pero existe un elemento más trascendental aún: la gobernabilidad.
Un determinado dirigente o espacio político puede ganar una elección, pero si no es capaz de garantizar la gobernabilidad, de poco habrá servido el triunfo electoral. En La Rioja, a pesar de que algunos se animaron a especular con su riesgo- la gobernabilidad está garantizada, tanto a nivel Provincial como Municipal.
Entendimiento 2016
Por primera vez en la historia –desde la vuelta de la democracia- el 10 de Diciembre de 2015 el ciudadano capitalino veía como sus tres autoridades ejecutivas cambiaban. Alberto Paredes Urquiza en la Ciudad, Sergio Casas en la Provincia y Mauricio Macri en Nación reemplazaban –respectivamente- a Ricardo Quintela, Luis Beder Herrera y Cristina Fernández de Kirchner.
Semejante cambió provocó que el 2016 comenzara con cierta incertidumbre. Los tres nuevos Jefes ejecutivos tenían que suplir a antecesores que –más allá de las críticas- ostentaban un liderazgo incuestionable en sus respectivos Gobiernos. Quizás el Gobierno Municipal haya sido el primero en sufrir algunos chisporrotazos, que la oposición aprovecharía para enrolarle una posible debilidad al nuevo Intendente.
Allá por Febrero de 2016, el vice intendente Felipe Álvarez intentó pisar fuerte y se mostraba solo en algunas iniciativas que llevaba a cabo –presumiblemente- sin el aval del Palacio Ramírez de Velazco. Vale recordar que Paredes Urquiza y Felipe Álvarez vienen de fracciones distintas dentro del justicialismo riojano. La fórmula conjunta que venció en Junio de 2015, se dio por una estrategia para aunar posiciones y vencer al quintelismo tras 12 años de reinado en la Ciudad. El objetivo fue cumplido, pero una vez en el poder, comenzaron a aparecer ciertas diferencias.
No hubo mayores sobresaltos: solo un par de pasacalles ‘Felipe Álvarez’ (sin mencionar al Intendente) y alguna que otra operación mediática. Pero rápidamente, el Intendente y su vice se sentaron a solas y limaron cualquier tipo de asperezas. El año legislativo comenzó (marzo) con una dupla totalmente unida y trabajando codo a codo. El ‘entendimiento’ en el Municipio se logró con mucha velocidad, y aquellos que se refregaban las manos esperando que el Vice se rebele para provocar debilidad en el Intendente, debieron apelar a otras estrategias destructivas.
En Provincia la situación no fue tan fácil. Con mayores ambiciones –y por ese entonces convencido de que había sido el ganador de las Internas del 8M- el Vicegobernador plantó bandera en la Legislatura, y amenazó con edificar un espacio de poder que le permitiera tener ‘en jaque’ al Gobernador en cada sesión. Febrero, Marzo y Abril fueron meses escandalosos en la Cámara de Diputados: bloque justicialista dividido, acusaciones cruzadas y ‘falta de quorum’ que dejaban a FCR la bandeja servida para sus críticas.
El Vicegobernador se sintió relegado en el Poder Ejecutivo (perdió Infraestructura y prácticamente no le dieron espacios en el Gabinete), y pretendió convertirse en el ‘dueño absoluto’ del Poder Legislativo. Es por ello que hasta Julio se vivieron momentos de tensión, al borde de una crisis institucional.
Amén de las reiteradas chicanas entre dirigentes de ambos sector (casismo y bosettismo), el punto de máximo hermetismo se vivió en las semanas previas a las vacaciones de invierno. Mientras que desde el Ejecutivo, Educación y Salud insistían que no había riesgos de Gripe A, por lo que la situación era ‘normal’; desde la Legislatura se logró el consenso para declarar la Emergencia y adelantar el receso invernal.
Sin embargo, dichas vicisitudes llegaron a su fin cuando el ex Gobernador Luis Beder Herrera abandonó las ‘vacaciones’ tras su salida de la Casa de las Tejas, y retornó a hacer lo que más sabe: construir y dominar poder. Respaldó la figura de Sergio Casas como único líder del Gobierno y puso orden en la Legislatura: con Elio Díaz Moreno como principal operador dentro de la Cámara, se las fue arreglando para terminar el año con mayoría de ‘adhesiones’ en cada votación. Fue desarmando -poco a poco- el incipiente ‘bosettismo’, y convenciendo a todos de que ‘no se había ido’.
Quizás a la fuerza, pero el ‘entendimiento’ también llegó en Provincia: el Vicegobernador comprendió su condición de Vice, y se dispuso a ‘apoyar’ y ‘respaldar’ al Gobernador. Consecuentemente, el 2016 terminó sin ningún tipo de dudas: el Gobernador es Sergio Casas, y lo será hasta 2019; sin posibilidad alguna de rebelión dentro de su propio espacio.
Año de la Reconquista
La segunda parte de la frase con la que empezamos la presente columna tiene que ver de lleno con las dos elecciones que habrá en el 2017: Diputados Provinciales en Junio, y Senadores y Diputados Nacionales en Octubre. El Justicialismo pretende ‘reconquistar’ el predominio absoluto en las urnas, recuperando el respaldo popular que suele ser esquivo en las elecciones legislativas.
Tal como te lo anticipó RL en Noviembre, la fecha elegida para desdoblar los comicios será el Domingo 11 de Junio. Ese día se renovarán 18 Diputados Provinciales en 7 Departamentos. Descontando que se vencerá cómodamente en Sanagasta, Vinchina, Malanzán y Castro Barros, el PJ centrará sus fuerzas en solo tres departamentos: Capital, Chepes y Villa Unión, donde se elegirán 14 de las 18 bancas que se ponen en juego.
La estrategia en Capital será radicalmente distinta a la de 2013, donde el oficialismo salió a ‘pelearle’ a FCR con 17 listas. Se presume que haya dos listas muy fuertes, y –como mucho- dos o tres listas más, que si bien contarán con el apoyo de Provincia, deberán hacer méritos propios para persuadir al electorado. Es decir, a FCR y al Municipio, Provincia le competirá con dos listas. Una de ellas pareciera ya tener definida su cabeza: Ricardo Quintela. Para la otra le ‘guardan’ el lugar a Tere Madera, aunque se hace cuesta arriba convencer a la Blonda Diputada de competir primero en Capital antes de renovar su banca en el Congreso en Octubre.
Sería totalmente incorrecto hablar de una lista quintelistas y otra maderista. La intención del Gobierno es armar dos listas ‘híper fuertes’ que contengan distintos espacios y seduzcan a diferentes espectros del electorado. Habrá que olvidarse, entonces, de un quintelista secundando a Ricardo Quintela; sino más bien buscar referentes del oficialismo Provincial, como lo pueden ser Juan Luna Corzo, Juan Velardez o Ariel Puy Soria. ¿Por qué no todos juntos en una misma lista?
En cuanto a las listas de ‘segunda línea’, está confirmado que Tere Luna -con apoyo del Frente Renovador- encabezará una de ellas. Las encuestas y mediciones harán lo propio para definir algún otro candidato, muy probablemenbte, ajeno al mundo de la política.
Por su parte, el Municipio irá con lista propia: “vamos a participar en las elecciones provinciales, presentando una alternativa propia para los ciudadanos”, aseguró el Intendente promediando el 2016. El candidato puesto para encabezar dicha lista es Felipe Álvarez, con Alejandro Buso, Gabriela Amoroso, Raúl Galván y Diego Narváez en la misma boleta. El paredismo ofrecerá una lista plural –como su Gobierno- que le permita sumar adhesiones de distintos partidos y ratificar el liderazgo en las urnas conseguido en 2015. Queda por dilucidar si el oficialismo municipal integra al Bosettismo en esta pluralidad.
Al respecto, una frase comenzó a hacer ruido en los pasillos del Palacio Ramírez de Velasco: ‘hay que ver si APU apoya a Felipe como cabeza, si lo hace le dará la posibilidad de ‘contar votos’ y podría generarse un problema para 2019’. Obviamente, las operaciones mediáticas están a la orden del día, y el Vice ya tomó conocimiento de esta postura. Sin apoyo fuerte y sincero del Intendente, Felipe no saldrá a ‘poner la cara’ por el espacio. En la veracidad, o no, de estas versiones se pondrá en juego el ‘entendimiento’ que se logró en 2016 para garantizar la gobernabilidad.
Como todo año eleccionario, el 2017 será crucial para definir la Gobernabilidad en los últimos dos años de este período, tanto para la Casa de las Tejas como para el Palacio Ramírez de Velazco. En la medida que cada Gobierno pueda ‘reconquistar’ la voluntad popular, sin poner en riesgo el ‘entendimiento’ que se logró en 2016; se definirá la ‘tranquilidad’ con la que cada Gobierno llegue a 2019.