Las declaraciones que pronunció el Gobernador Luis Beder Herrera durante el mediodía del Lunes en la Residencia Oficial, producen un cambio radical en el escenario político de la Provincia. El mandatario aseguró que no será candidato en las elecciones del 2015, dando por terminado el misterio e incertidumbre sobre sus intenciones de reformar la Constitución Provincial e ir por su tercer mandato consecutivo.
La gran duda que surge en todos los ciudadanos (bederistas y anti bederistas) es sobre la veracidad de la frase que el Gobernador pronunció –sopresivamente- ante la prensa. Seguramente la primera reacción en la oposición será afirmar que es una estrategia del Gobernador para dilatar el tema, descreyendo de la fiabilidad de sus dichos. En el oficialismo argumentarán que la posición del Gobernador siempre fue la misma y nunca mostró un interés por desobedecer la Constitución.
Como sea, el 11 de Noviembre quedará enmarcado en la historia política de La Rioja: por ser el día en el que el Gobernador oficializó su renuncia a perpetuarse en el poder, o -de haber un ‘Beder 2015’- por ser el día en el que el Beder Herrera le mintió al pueblo riojano.
Quintela Sonriente
Existen varias lecturas sobre la histórica frase de Beder Herrera, pero la que más fuerza toma –por lo menos en sus primeras acepciones- es la de un camino allanado para el Intendente Capitalino en su afán por llegar a la Casa de las Tejas. Ricardo Quintela no oculta sus intenciones de ir por la Gobernación, y sabe- mejor que nadie- que el único dirigente que lo puede impedir es Beder Herrera.
Sin Luis Beder Herrera como candidato, resulta difícil pensar que la Gobernación se le vuelva a negar al Gitano. Lo primero que el Quintelismo deberá dilucidar es si este anuncio del Gobernador con miras al 2015, implica también una renuncia a Gobernar la Provincia. Beder Herrera aseguró que él no será candidato, pero no dio mayores precisiones sobre el comportamiento de su espacio ante la futura elección.
A priori, surgen dos grandes alternativas. Primeramente, puede tratarse de una lectura del Gobernador sobre el final de un ciclo; Beder siente que no posee chance alguna en el 2015 y desea terminar su Gobierno con total tranquilidad, dedicándose exclusivamente a ‘gestionar’ y tratando de limpiar lo que más pueda su Gobierno, para que la historia tenga un recuerdo grato de su Gestión.
En el otro polo, puede tratarse de un convencimiento del Gobernador de que las chances siguen intactas. Su espacio es el único capaz de continuar el proceso que comenzó hace unos años, y solo debe dirimirse quién será la persona encargada de suceder a Beder Herrera. El tiempo apremia y resulta urgente –en este caso- comenzar a definir quién será el ‘sucesor’.
En el primer caso, en un futuro mediato se producirá un acercamiento entre el Gobernador y el Intendente, mostrando la intención de recuperar la unidad en el peronismo. Estirándole la mano a Quintela, Beder Herrera se aseguraría un final pacífico y sin mayores problemas, con la tentadora promesa de que su Gobierno será recordado positivamente por quien lo suceda ; por su parte, el Gitano tendría como recompensa ser el próximo Gobernador de la Provincia. Electoralmente, sería el escenario más ‘aburrido’, ya que no existe fuerza o espacio que pueda osar con competir contra el Quintelismo y Bederismo unidos. Para algunos, estamos ante un panorama improbable.
De concretarse la segunda alternativa, Beder tendrá la difícil tarea de encontrar un sucesor. Como explicamos en columnas anteriores, no se trata solo de identificar al político más popular o con mejor imagen dentro del espacio; sino al más leal, aquel en el que el Gobernador pueda confiar plenamente. El gran dilema a resolver será hallar a una figura que no traicione a Beder Herrera a los pocos meses de que éste abandone la Casa de las Tejas.
Siguiendo la lógica Kirchnerista de alternancia matrimonial, las posibilidades de María Medrando aumentan día a día. En inminente la designación de la esposa del Gobernador en un cargo de suma importancia dentro del Gabinete. De esta manera, Medrano terminaría de instalarse en la Opinión Pública (ya tuvo sus primeros pasos haciendo proselitismo en la candidatura de Bosetti y acompañando a su marido en el anuncio del Triunfo de Tere Madera), y comenzaría a edificarse su candidatura para el 2015. Al igual que Néstor Kirchner y –ahora- Gerardo Zamora (Gobernador de Santiago del Estero al que la Justicia le impidió la Re-re y candidateó a su esposa), Beder entiende que solo la ‘familia’ posee la lealtad suficiente para soportar las mieles del poder sin incurrir en la traición.
Ante cualquiera de las dos posibilidades, el Quintelismo se ve ampliamente favorecido. Daría la sensación que -más allá de lo que suceda en estos dos años con el Gobernador y su relación con el Pueblo- evitar confrontar con Beder Herrera es un gran aliciente. “Quintela vs Beder es una cosa, Quintela vs Delfín de Beder no tienen chances”, sostienen los ultra Q.
No sería erróneo aventurar con que ni siquiera el mismísimo Beder Herrera sabe cuál de estas dos alternativas será la que terminará escogiendo. Es muy probable que el Gobernador haya decidido ir ‘paso a paso’ y ver lo que va diciendo el día a día para tomar la decisión definitiva. Mientras tanto, para continuar con el ‘operativo reconquista de la voluntad popular’ (que se inició con el proceso de transparentar su Gobierno, investigando todos los hechos de corrupción de sus funcionarios), nada mejor que difundir que su intención es respetar la Constitución y no ser candidato en el 2015.
Amén de las especulaciones políticas que se realizan a toda hora en los Despachos más importantes con la única intención de sacar rédito personal, el principal beneficiado de lo que está sucediendo es el ciudadano. Por un lado, vemos a un Gobernador empecinado en recuperar la confianza del riojano, sacrificando a su propia Familia (Gastón Millicay) y yendo a fondo contra los corruptos. Por el otro, un Intendente que profundiza diariamente su gestión, sabiendo que su andar en estos dos años serán cruciales para convencer al ciudadano de que puede comandar la Provincia entera.