Redacción de RiojaLibre
Hace tiempo te venimos contando en RL que en la UNLaR pareciera haber dos mundos paralelos: el del Relato de las Autoridades, y el de la cruel realidad que contradice dicho relato.
Lo sucedido con el Comedero Universitario Monseñor Angelelli se enmarca dentro de esa confrontación. Hace diez días, el Rector Fabián Calderón anunciaba con bombos y platillos la reapurtura del Comedor:

Pasó solo una semana para que comiencen a aparecer fuertes críticas por parte del estudiantado debido al pésimo funcionamiento del Comedor.
Por estos días, existe un malestar general de los alumnos de la Universidad Nacional de La Rioja por la evidente falta de recursos para lograr que todos los alumnos que tengan la necesidad de asistir al comedor, puedan hacerlo sin ninguna traba.
Alumnos de Salud evidenciaron en sus respectivas redes sociales el malestar que les causó no poder acceder al beneficio de almorzar en el comedor universitario: «siempre hay un obstáculo, hay días que entramos a clases a las 9:00, salimos a las 22:00 y en los intervalos de una materia y otra no nos da tiempo de volver a la casa a comer».
Con una bronca creciente, rozando la impotencia, los alumnos agregaron: «estábamos convencidos que podíamos acceder al beneficio y no fue así; nos quedamos sin almorzar«.
Lo que muchos se preguntan pro los pasillos es por qué la gestión de Calderón decayó tan abruptamente en los últimos meses. La excusa discursiva de ‘no hay fondos’ pierde validez luego del despilfarro de Calderón para lanzar su espacio político puertas afuera de la UNLaR.