De alguna manera, ella es el caso inverso a Alberto Lebbos, dolido padre de una hija asesinada. Trimarco no tendría que dejarse utilizar y mucho se esperaba de su solidaridad, que no ocurrió. Ella debería tener cuidado porque la sociedad que la cobijó, y ese fue el origen de su poder mediático, podría abandonarla. Susana, madre de Marita Verón, cuestionó la lucha de Alberto, padre de Paulina, y le sugirió que “deje que la Justicia investigue”. Justo ella que tanto ha cuestionado el rol del Poder Judicial no sólo en la investigación de su caso sino hasta en el juicio oral y público…
Alberto Lebbos logró que un funcionario nacional escuchara sus planteos: el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, recibió en su despacho, durante una hora y media, al padre de Paulina, la joven asesinada en 2006.
Lebbos planteó las amenazas contra él y los abogados Emilio Mrad y Bernardo Lobo Bugeau, y sus respectivas familias. «Le acerqué videos en los que se puede ver a gente de civil que nos toman fotografías», afirmó. «Estoy autorizado a hacer público que el doctor Lobo Bugeau fue amenazado y su familia también», precisó.
«Le pedí seguridad y que envíe a veedores a Tucumán para que constaten lo que está pasando, que hablen con todos los sectores y vean cómo se violan los derechos humanos. Si en pleno día, delante de los periodistas y mientras estaba de visita la Presidenta, nos reprimieron, qué nos puede pasar cuando nadie los vea?», se preguntó.
«La represión del 9 de Julio fue una cosa desmedida, porque lo único que pretendía era encontrarme con los jubilados, hacer un acto en la plaza Independencia y volver a mi casa, porque llegar a la Presidenta en un día como ese es imposible», insistió.
En la reunión con Fresneda, el padre de Paulina explicó el estado actual de la causa y los cambios de fiscales (primero estuvo Alejandro Noguera, después le siguió Carlos Albaca y ahora asumió la investigación Diego López Ávila): «Le dije que tengo miedo que se borren pruebas y me preocupa que el poder político siga inmiscuyéndose en la causa».
Lebbos dijo que la conversación se extendió porque el funcionario nacional se interesó sobre algunos detalles que figuran en el expediente del caso: «Hablamos sobre el informe que hizo Lobo Bugeau y le agradecí por esa gestión, ya que permitió ver algo de luz, después de 7 años sin tener acceso al expediente».
Lebbos dejó documentación en el despacho de Fresneda.
El padre de Paulina aprovechó la reunión para exponer también sobre el caso Dardo Caccicio, el padre de Morena, que denunció haber sido secuestrado por efectivos de civil al intentar llegar a la zona donde iba a estar la presidenta, Cristina Fernández. «El secretario de Derechos Humanos se mostró preocupado por todo lo que está pasado, y se comprometió a hablar con el gobernador (José Alperovich)».
En tanto, el diario El Siglo, de San Miguel de Tucumán, afirmó:
En distintos hechos, ocurridos hace años, delincuentes les arrebataron a sus hijos, sin que nadie haya pagado por esos crímenes. Esa trágica coincidencia es lo único que hoy tienen en común Susana Trimarco y Alberto Lebbos: dos de las más conocidas víctimas de la inseguridad y la impunidad en Tucumán, quienes ayer protagonizaron un fuerte cruce de acusaciones, del que se ocuparon los medios de prensa de todo el país.
Trimarco acusó públicamente a Lebbos de intentar hacer política con la causa de su hija Paulina, quien fue asesinada hace siete años y cuyo crimen, al igual que el secuestro y desaparición de Marita Verón, ocurrido en 2002, aún permanece impune.
Durante una entrevista concedida al Nuevo Diario de Santiago del Estero, la titular de la Fundación María de los Ángeles dijo que el pedido de justicia que viene realizando Lebbos le «parece perfecto» y consideró «necesario que se aclare el caso, porque no puede ser que hayan asesinado a su hija de esa manera y que aún no haya un culpable. Yo también pido justicia por Paulina y que se aclare la situación y que pague quien tenga que pagar», aseguró.