Redacción de RiojaLibre
Sucedió en la siesta del miércoles en el Barrio Hospital, cuando jóvenes quitaron de las mamas de la perra madre a cachorritos para degollarlos y comérselos. Para concretar tan cruel y espantoso crimen, manipularon un cuchillo, cortando ferozmente el cuello de los perritos.
Según los vecinos del Barrio, no es la primera vez que estos jóvenes realizan este tipo de hechos, aunque sí es la primera vez que los avistan en pleno asesinato. “Primeros les doblaban el cogote y luego los cuereaban con un cuchillo”, expresó una de las vecinas que fue testigo del hecho, y luego –conmocionada- sentenció: “se los comieron crudos”.
Hay quienes intentan minimizar este flagelo, aduciendo que los jóvenes estaban alcoholizados o drogados. Seguramente así sea, pero en una sociedad donde ‘no existen pobres’, se concreta ese acto de maldad y luego se los deja tirado. ¿Por qué comérselos?. No se puede negar que la indigencia está presente y viva en La Rioja. Existe una doble problemática: primero, el sentimiento cruel y asesino de matar a un cachorrito indefenso; y –luego- el punto límite de la pobreza que obliga a un ciudadano a comer un perro crudo.
La Rioja duele, y mucho. Mientras algunos gastan miles de euros en Europa o niegan la realidad diciendo que ‘estamos bien’, sus gobernados matan perros para saciar su hambre. ¿Cuál es el límite? ¿Hasta dónde llegará la inacción de nuestros gobernantes?