Seguimos repasando #LoMejordelAño, en esta ocasión con una columna de opinión bien fresquita. Fue Publicada el 27 de Noviembre, y analiza el acuerdo Macri-Beder. Aquí la nota:
Quien no vea ‘la mano’ de Beder Herrera en la jugada de Tineo-Madera-Griselda en Diputados debería dedicarse a otro rubro: su ignorancia política es insalvable. Solo un necio o ciego político podría negar que el responsable del ‘plantón’ de los Diputados Riojanos en el Congreso Nacional se llama Luis Beder Herrera.
Julio Martínez no es ni necio ni ciego político, y sabe a la perfección lo que se esconde detrás de esa postura de los legisladores riojanos: el acuerdo Macri-Beder. El miércoles, un día antes de la sesión, Maurico Macri se reunió en Córdoba con Juan Schiaretti, el gobernador electo -delasotista- de Córdoba. Beder Herrera tiene una relación excelente con el Gobernador Cordobés. Al respecto existe un rumor que crece con el correr de las horas: en el mismo edificio en el que se encontraron Macri-Schiaretti estaba el gobernador riojano.
Haya sido personal o por teléfono, el diálogo entre Beder Herrera y Macri (sin intermediarios) existió. A sabiendas de la gran dependencia económica que tiene La Rioja de Nación, el mandatario riojano definió entablar una buena y próspera relación con Macri. Un dato para agregar: además de los riojanos, ayer también se ausentaron los Diputados Santiagueños, que responden al ultrakirchnerista Zamora. La Rioja y Santiago del Estero eligieron el mismo camino: dejar atrás rápidamente el ciclo K que se termina y CAMBIAR.
Con este panorama, Julio Martínez queda envuelto en una paradoja que puede ser fatal para su futuro político. Una cosa es ser Ministro de un presidente enfrentado con Beder Herrera, y otra cosa es ser Ministro de un presidente ‘amigo’ de Beder, su peor enemigo. El dilema que no dejó dormir anoche a Mashasha es: ¿Como consolidarme como líder opositor en La Rioja, mirando a 2019, si soy parte de un Gobierno que es aliado de quien yo me quiero oponer?
La gravedad del problema para Martínez es tal, que dicho dilema pasa a ser menor. Existe la posibilidad de que el Ministro de Defensa electo enfrente un problema tremendamente mayor, y en un plazo NO tan lejano. El Ministro de Energía y Minería designado por Macri es Juan Aranguren, ex CEO de la petrolera Shell, y con pública postura Pro Minera. Tarde o temprano, Aranguren impulsará el ‘desarrollo minero’.
Otro interrogante que horroriza a Mashasha: ¿Qué hago si Casas-Beder insisten con la Minería, pero esta vez con el aval de Macri, mi Jefe y Presidente?. En esa instancia, Martínez deberá elegir: pueblo o poder. Renunciar a su cargo de Ministro para volver a liderar la resistencia antiminera en Famatina, recibiendo ‘balas de goma’ de la policía; o actuar como Ministro de Defensa del Gobierno Nacional, que es el Jefe Mayor del policía que va a estar defendiendo a la ‘Megaminera’.
«No es lo mismo ser revolucionario cuando se tiene las manos vacías, a ser revolucionario cuando estas lleno de poder; el verdadero desafío es serlo en esta segunda instancia», dijo alguna vez el Che Guevara cuando decidió dejar Cuba luego del triunfo de la Revolución. Mashasha ya fue revolucionario y echó dos Megamineras de Famatina, queda dilucidar si lo seguirá siendo cuando esté en las mieles del poder, siendo una de las 10 personas más poderosas del Gobierno Nacional.
Retomando el acuerdo Macri-Beder, los primeros trascendidos indican que dos grandes temas definieron el hecho de ‘trabajar en el mismo equipo’: el punto de coparticipación perdido en 1989 y la Minería. ‘Una y una’ dirían en el Barrio. No sería ilógico pensar que el presidente electo haya soltado un razonamiento muy parecido al siguiente: ‘yo te devuelvo el punto perdido, pero vos garantizá el desarrollo minero para que empiecen a autoabastecerse’.
Por ahora, el contenido del acuerdo es solo especulación, no hay información concreta al respecto. Lo cierto es que el pacto existe: Macri y Beder serán aliados políticos, La Rioja y Nación seguirán teniendo una relación excelente, La Rioja cambió, se subió al tren de CAMBIEMOS.
Con este movimiento, Martínez deberá rever su estrategia política.