“Hoy es un día especial, pero también muy triste”, señalaron en un comunicado desde la organización gremial, que agrupa a los trabajadores del rubro. Solo en lo que va de 2025, ya se registraron más de 200 despidos en la provincia, en un contexto de caída de la producción, apertura indiscriminada de importaciones y retracción del consumo interno.
Desde FONIVA advirtieron que “la situación actual no se vivió ni durante la pandemia ni durante el gobierno de Macri”, y responsabilizaron a la competencia desleal de la ropa importada, que ingresa masivamente al país. “Hoy cualquiera puede comprar ropa del exterior desde una aplicación. Es ropa descartable, de baja calidad, pero mucho más barata. Eso destruye nuestra industria nacional”, remarcaron.
En La Rioja, el parque industrial textil funciona apenas al 40 o 45% de su capacidad, con cinco empresas que mantienen a unos 400 trabajadores bajo reducción de jornada mediante el artículo 223 bis, una herramienta que evita despidos masivos pero no logra sostener el nivel de actividad. Los representantes sindicales también cuestionaron la falta de diálogo con el Gobierno nacional, al señalar que “no somos recibidos ni por la Secretaría de Industria ni por la de Trabajo. Todo trámite se hace por mail y nadie responde”.
Además, advirtieron que la pérdida de empleo industrial genera un efecto dominó en la economía provincial. “Si hay mil trabajadores menos en el parque industrial, son mil sueldos que dejan de circular. Eso afecta al comercio, a los servicios y a todo el sistema económico local”, explicaron. Desde FONIVA reclamaron una política industrial activa que priorice la producción nacional, las pymes y el empleo, y advirtieron que “el país no puede depender solo de Vaca Muerta o del sector financiero”.
Juan Carlos Serrano, vicepresidente de la Unión de las Industrias Riojanas (UNIR), expuso la compleja situación que atraviesa el Parque Industrial de La Rioja, marcada por caída de ventas, parálisis productiva y pérdida de empleo. Desde la entidad responsabilizan a las políticas económicas del gobierno nacional, que profundizaron la crisis del sector mediante la apertura de importaciones, el aumento de tarifas y la retracción del mercado interno.
“Estamos en presencia de un parate económico muy grande. Hay industrias en las que el mercado interno está totalmente aplacado. El consumo viene cayendo desde 2024, ya llevamos casi un año y medio sin reactivación y no se ve una perspectiva de repunte”, señaló Serrano en diálogo con Medios Rioja.
El dirigente comparó la coyuntura actual con la vivida durante el gobierno de Mauricio Macri. Aunque reconoció similitudes, sostuvo que el impacto sobre la industria es más profundo: “Este nivel de ajuste no lo sentí ni en el gobierno de Macri. Son miradas similares entre los dos gobiernos, pero este va más a fondo. Este gobierno directamente dice: ‘El que tenga que fundirse, que se funda’.”
Frente al contexto económico y la inestabilidad cambiaria, Serrano advirtió que la incertidumbre generada por las fluctuaciones del dólar golpea de lleno al consumo y a la producción. Esta situación, sumada a la apertura de importaciones, produce un efecto doble: “Las variaciones del dólar generan incertidumbre en el mercado y mucha gente deja de comprar; se frena todo. Esa espera paraliza la economía. Este parate, sumado a las importaciones, genera una doble caída. Y no es solo en La Rioja: pasa en todo el país. Es una situación anti industrial.”
A las puertas de una recesión, la apertura importadora golpea de lleno a la industria
En agosto, volvió a caer el uso de la capacidad instalada. Los sectores más golpeados fueron el textil, la industria automotriz y neumáticos. La apertura importadora tiene sus costos. También avanza el desempleo.
A las puertas de una recesión, la apertura importadora golpea de lleno a la industria
La recesión avanza. Durante el octavo mes del año, la utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en el 59,4%, un nivel inferior al registrado en el mismo período del año pasado (61,2%). El efecto de la apertura indiscriminada de las importaciones golpeó de lleno en la industria textil, la fabricación de neumáticos e incluso tiró para abajo la producción nacional de automóviles.
Como correlato de este proceso de industricidio – que se da en medio de una volatilidad de mercado financiada por el Tesoro norteamericano-, el empleo no repunta. Según la consultora Vectorial, desde el inicio de la gestión Milei se perdieron 205.456 puestos de trabajo registrados.
La caída en la utilización de la capacidad instalada durante agosto se vincula con el derrumbe del 4,4% en la producción industrial manufacturera para el mismo período. La recesión autoinflingida de la administración Milei mantiene a la industria prácticamente paralizada, donde solo la refinación de petróleo da cuenta de un crecimiento alejado de los vaivenes macroeconómicos del país.
En cuanto a los diferentes sectores industriales, los que estuvieron por debajo del promedio general en el uso de su capacidad instalada fueron los productos minerales no metálicos (58,5%), industria automotriz (53,3%), edición e impresión (50,9%), productos del tabaco (46,9%), metalmecánica excepto automotores (44,4%), productos de caucho y plástico (42,1%) y productos textiles (41,5%).
El golpe importador
De acuerdo al último informe del Indec, los productos de caucho y plástico presentaron en agosto un nivel de utilización de la capacidad instalada de 42,1%, inferior al registrado en el mismo mes de 2024 (48,7%), “como consecuencia de los niveles más bajos de fabricación de neumáticos y de manufacturas de plástico”. Según el IPI manufacturero, la producción de neumáticos dio cuenta de una disminución de 39,8% y las manufacturas de plástico, de 5,3% con respecto al mismo mes del año anterior.
¿Qué fue lo que ocurrió? La producción cayó como consecuencia de la apertura importadora. Entre enero y agosto de este año, el rubro “Chasis, partes y neumáticos” de la Balanza Comercial demandó 5300 millones de dólares de importaciones, un alza del 23,1% interanual.
La industria automotriz también se vio afectada. Según el Indec, en agosto la utilización de la capacidad instalada sectorial fue de 53,3%, inferior al 59,9% del mismo período de 2024. Esto se relaciona con la merma en la producción de las terminales automotrices.
En agosto, la producción y la exportación de automóviles volvió a desplomarse por segundo mes consecutivo, según los datos de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA). El desplome fue del 13% interanual, en la que supone la segunda caída consecutiva tras la baja de un 16% interanual en julio.
Las cifras del último informe de la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA) revelan que en agosto más de un 60% de los autos vendidos fueron importados. En lo que va de 2025, un 49% de las unidades vendidas en el país provinieron de Brasil, contra solo un 42% fabricadas en Argentina. En 2024, al contrario, el 58% de los autos vendidos habían sido fabricados localmente, contra un 34% elaborados en Brasil.
Pero sin dudas, uno de los sectores más afectados durante el octavo mes del año fue la industria textil. “La motosierra vino por nosotros. Han venido a destruir el corazón de la actividad productiva del país, es decir, a su industria”, había manifestado Hubo Benítez, secretario general de la Asociación Obrera Textil de la República Argentina (AOTRA), durante una conferencia de prensa organizada por la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA).
Los productos textiles registraron un nivel de utilización de la capacidad instalada de 41,5%, inferior al registrado en el mismo mes del año anterior (50,4%), como consecuencia de los menores niveles de producción de tejidos y de hilados de algodón.
De acuerdo con un informe de la Fundación Pro Tejer, entre diciembre de 2023 y junio de 2025 se registraron 11.500 despidos y el cierre de 380 empresas vinculadas a la confección, el calzado y la indumentaria. La producción cayó un 14,5% en comparación con el mismo período de 2023, reduciendo la utilización de la capacidad instalada a niveles mínimos históricos.
“El sector más castigado fue el de los productos textiles, con una caída del 18,1%, seguido muy de cerca por el de los productos de metal, que retrocedió 18,0%. Las prendas de vestir, cuero y calzado completaron el podio de los sectores con peor desempeño en agosto con una contracción del 14,1%. En estos rubros, particularmente en textiles y vestimenta, la caída de la producción local puede explicarse por el incremento sustancial del consumo de bienes importados, favorecido por un tipo de cambio que aún resulta conveniente para este tipo de compras como resultados de los diferenciales en los costos que presenta la industria nacional respecto a la extranjera”, explicaron desde la consultora Vectorial.
La recesión
La Fundación Capital (Martín Redrado) vaticinó para el tercer trimestre del año una caída de la economía de 0,8% en relación con el segundo. “A las tensionadas jornadas en materia cambiaria y financiera, se comienzan a suceder datos rojos en la actividad económica que terminan de confirmar que la recuperación en forma de “V” quedó muy atrás. A la retracción del PBI de 0,1% t/t en la medición sin estacionalidad del segundo trimestre, se adiciona la baja estimada para el tercero de 0,8% t/t, entrando así en recesión técnica”, puede leerse en su último informe. Es decir, el PBI habría ingresado en recesión técnica en el tercer trimestre del año.
Estos datos poseen su correlato en el desempleo y la precarización laboral. Según los datos analizados por Vectorial, entre enero y septiembre de este año se habrían entregado 112.000 prestaciones por desempleo, uno de los niveles más altos de los últimos diez años, solamente superado por la motosierra del 2024 y la crisis macrista de 2017.
En lo que va de la era Milei, se perdieron 205.456 trabajos registrados; trabajadoras y trabajadores que se quedaron en la calle o pasaron a alimentar el ejército de la informalidad laboral, otra de las formas de disciplinamiento del programa de ajuste llevado adelante por el secretario de Economía, Luis Caputo (el ministro es Scott Bessent, titular del Tesoro norteamericano).

