¿Qué Democracia?
Conmemorar los 30 años del actual período democrático -porque la Argentina tuvo antes otros ciclos democráticos- era justo y necesario. Pero antes las situaciones dramáticas que viven las mayorías de las provincias, con sus ciudadanos desguarnecidos de seguridad y paz social, debió haberse ajustado a una ceremonia austera y sencilla, esencialmente republicana.
Sin dudas, demás estuvo el boato, el pito y la matraca. Para ubicarnos en la gravedad de la situación, sólo basta pensar que previo a la renuncia del ex presidente De la Rúa, hubo 20 muertos y ahora ocurrieron entre diez y doce muertes. Ante lo que está ocurriendo en el país hay que ser muy medido y sensato, buscar la concordia y el entendimiento nacional. Una vez más, desde el gobierno central se privilegió la mirada del puerto, ya que en todo momento se intentó deslindar la responsabilidad en los gobiernos provinciales, que más allá de la correcta administración o no, cargan sobre sus espaldas, la vida y el bienestar de sus habitantes, aún con una coparticipación reducida cuya tajada del león se lleva la administración central, que no tiene la responsabilidad de brindar salud, educación, seguridad, en los rincones más alejados de las geografías provinciales.
Ahora, para que los gobernadores puedan respirar más o menos tranquilos, deberán disponer globalmente de unos 2.500 millones de pesos para afrontar los acuerdos salariales con sus respectivas policias. Y el gobierno nacional deberá ayudarlos como lo hizo con la provincia de Santa Cruz, hace un par de meses atrás cuando los policias de la provincia de la Presidenta, hicieron una huelga de seis días que terminó en un importante aumento. Allí la huelga es legal, pues los policias están sindicalizados desde el año pasado, cuando ya había ocurrido otra protesta. El peligro es que recurra a la “maquinita” de la imprenta Ciccone, convertida ya en un verdadero escándalo, ampliando así el gran telón de fondo de la crisis actual que es la inflación.
Todo el mundo sabe, tanto empleados públicos como policías, docentes, etc. que cualquier aumento que se logre, se lo devorarán los precios en alza rápidamente. Y hasta ahora no se ve que el gobierno central quiera afrontar decididamente ese problema. O no quiere o no sabe o no puede. Se dice que el gobierno nacional apuesta a tener éxito con YPF y a solucionar la deuda pendiente con el Club de París y los fondos buitres. Si logra cerrar esos tres puntos, la inversión extranjera vendría a las empresas argentinas, cuyos activos están muy depreciados. Claro que ese proceso no se logra de un día para el otro. La ciudadanía está absolutamente descreída y ello conlleva un grado de tensión social muy alto. En cualquier lado y por cualquier cosa, puede producirse una chispa, que puede ir desde una discusión personal hasta un planteo colectivo. Los gobernantes y la sociedad caminamos un terreno minado.
Con todo este panorama Beder estará volviendo hoy de Buenos Aires y habrá que ver si trae algo en sus alforjas. Aunque todos saben que siempre fue precavido y algún ahorrillo debe tener. Ya hace rato que absolutamente todo ingreso que tenga el Estado provincial va a una cuenta única. Inclusive, por ejemplo, los ingresos que tiene el Registro Civil y Trabajo por tasas de trámites y que servían para los gastos chicos -papelería y otros- de la repartición. Pero todo incremento salarial hay que sostenerlo en el tiempo. El Presupuesto provincial para el 2014 preveé un incremento salarial para la administración pública de alrededor del 28 por ciento. Tal vez pueda estirarse un par de puntos más pero lo central es cómo y a partir de cuándo. Por lo pronto la idea del bono navideño se evaporó.
Entre los gremios que se sentaron a dialogar se habla de un bolsón “bien pulsudo” para las Fiestas. Vaya a saber!. En la mesa de negociación, los gremios tiraron un básico de 7.000 pesos de bolsillo. Pero cada gremio tiene su particularidad: los judiciales quieren cobrar el juicio ganado hace años; los viales se quejan ademas por la existencia de la Sapem vial. Sergio Casas salió internamente fortalecido con la atracción los gremios “cercanos o amigos”. Logró reducir a menos de la mitad la protesta del lunes a la noche. “Y lo hizo sin un peso” dicen sus defensores contraponiendo lo ocurrido con el ministro Bosetti -ahora ausente- y la policia, que si bien el ministro solucionó, lo hizo con fondos autorizados por Beder.
También hay bederistas que reconocen el mensaje de Ricardo Quintela, en el sentido de pedir tranquilidad y racionalidad en la protesta. Pero esto hubiera sido impensable si no hubiera estado abierto el diálogo “institucional” -que en realidad es politico- entre el bederismo y el quintelismo. Puy Soria puede exhibir internamente un logro en ese sentido porque lo viene trabajando desde hace rato. Y también estuvo en la descompresión del conflicto con Famatina. En ese sector del bederismo tienen en claro que los puentes tendidos no implican que tanto Bordagaray como Quintela se van a volver bederistas, pero sí buscan poner cierta racionalidad a esas relaciones, cosa que cuenta con el visto bueno de Beder. Es evidente que vamos a pasar un fin de año muy angustiante e inestable. Habrá que ver cómo queda el ánimo popular para con sus dirigentes el año próximo. Porque además todos saben -sabemos- que el 2015 está a la vuelta de la esquina.
Julio Aiub Morales, para Nueva Rioja
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