Los dos hechos más importantes ocurridos en la última semana dejan al descubierto el panorama desalentador que está atravesando el Gobierno Provincial. La palabra que sobresale en ambos casos es ‘Interna’ pero con acepciones radicalmente opuestas. Mientras la visita de los referentes del Sciolismo a La Rioja puso en jaque a Luis Beder Herrera por su negativa a dialogar y unir el peronismo local, la conmemoración por el Día de la Memoria expuso –una vez más- diferencias irreconciliables dentro del Gobierno.
Visita Sciolista
Desde Buenos Aires, el Gobernador Luis Beder Herrera no debe haber visto con buenos ojos el arribo de la comitiva sciolista a La Rioja. El principal operador político de Daniel Scioli -su hermano ‘Pepe’-, el ex presidente de la Nación –Eduardo Camaño- y el titular de BAPRO –Nicolás Scioli- lideraron la comitiva que mandó el Gobernador Bonaerense para instalar su candidatura presidencial en La Rioja. Beder debió soportar que los referentes sciolistas lo intimen -en sus propios medios de comunicación- a ‘sentarse a dialogar y acordar con Quintela’.
En los medios alineados al Gobierno Provincial, tanto Pepe Scioli como Eduardo Camaño no se pusieron colorados al afirmar que “el peronismo debe llegar unido al 2015 para no repetir el mal trago del año pasado”. Los sciolistas se referían a la histórica derrota del bederismo en manos del radical Julio Martínez en las PASO del 2013. “Beder Herrera y Quintela deben sentarse a una mesa y ponerse de acuerdo”, disparó el hermano de prescidenciable Daniel Scioli. Es el mismo pedido que viene haciendo el Intendente capitalino desde hace meses.
Más allá de la reunión protocolar que los dirigentes bonaerenses mantuvieron con Sergio Casas (a cargo de la Gobernación) el jueves al mediodía, fue abrupta la intencionalidad del sciolismo de mostrarse bien cerca del Intendente Ricardo Quintela. El miércoles (día que arribaron a La Rioja), Camaño y los Sciolis cenaron con el Intendente luego de compartir un emotivo acto político en Facundo II, donde se dejaron fotografiar a los ‘abrazos’ con referentes quintelistas. Los cánticos partidiarios y la Marcha Peronista no faltó a la cita.
El Jueves –luego del encuentro oficial con el Gobierno Provincial-, toda la comitiva del sciolismo compartió un asado en la casa de Quintela. La frase que los sciolistas repitieron más veces en todos los cruces que mantenían con funcionarios y militantes quintelistas era la siguiente: “Daniel (Scioli) sabe que el próximo Gobernador de La Rioja se llama Ricardo Quintela”.
La política es pensar a futuro, y Daniel Scioli ya se visualiza como presidente de la Nación; en ese escenario, ve un peronismo unido que respalde su gestión. En el caso particular de La Rioja, Scioli infiere que Quintela será Gobernador; pero prefiere que no lo sea de la mano de una ‘alianza’ con el radicalismo (Julio Martínez), sino de un acuerdo con el justicialismo (Beder Herrera). En esa sintonía se movieron sus representantes en la visita de la semana pasada.
Luis Beder Herrera se niega a ese ‘peronismo unido’ que profesa Daniel Scioli. El Gobernador riojano se resiste a aceptar el liderazgo del Intendente Capitalino, por ello rechaza cualquier tipo de Internas o reajuste en el armado Provincial del Partido.
Memoria dividida
En donde sí reinan las Internas en el andar cotidiano de su Gabinete y Diputados. A las cruentas peleas entre los Ministros que escogió para llegar ‘oxigenado’ al 2015 (Saúl-Del Moral) y las divisiones irreconciliables en la Legislatura, se sumó el Dolor de Cabeza que significó el Día de la Memoria. Ni siquiera en una fecha tan importante y cargada de emotividad, el Bederismo pudo disimular sus Internas.
El pasado Oscuro del Secretario de Planeamiento Estratégico –Luis María Agost Carreño- hacía prever que las críticas llovieran desde la oposición en un día tan significativo. Sucedió lo previsible y más. No solo las agrupaciones de Derechos Humanos y la oposición (la Diputada Lucía Ávila exigió que “Agost Carreño debería renunciar eternamente a cualquier cargo público”), sino que un importante funcionario bederista embistió contra el cuestionado Secretario.
Actuando en concordancia con su cargo (Titular de Derechos Humanos), Délfor Pocho Brizuela insistió con su ‘incomodidad’ de compartir el mismo Gabinete con una persona vinculada directamente con la Dictadura, y aprovechó el Día de la Memoria para exigirle públicamente a Agost Carreño que ‘pida disculpas’ por su accionar.
Sorprendió la respuesta del Secretario de Planeamiento: lejos de acatar el pedido de Brizuela, subió la apuesta y optó por confrontarlo. “Sólo me juzga Dios, no Pocho Brizuela”, disparó desafiante. Tratándose de una problemática tan sensible para todos los argentinos, resulta atroz que un funcionario público caiga en este tipo de artimañas para ‘distraer la atención’ y escapar a la esencia de lo que realmente se le imputa.
A propósito del Día de la Memoria no debe dejarse pasar las declaraciones de Eduardo Menem. El ya lanzado candidato a Gobernador resucitó la ‘Teoría de los dos Demonios’ para intentar reflotar el debate sobre la culpabilidad de los Militares: “Ellos (por los perseguidos por el Régimen, a quien Eduardo Menem define como ‘Guerrilleros’) también mataron a mucha gente y derramaron mucha sangre”.
El ex Senador Nacional pretende aminorar el castigo de la sociedad hacia los Militares que protagonizaron el período más oscuro de la historia Argentina, aduciendo que ‘ellos’ también eran asesinos. Esa etapa de discusión está superada para toda la sociedad, salvo –al parecer- para el prematuro candidato a Gobernador. ¿A dónde apunta la repudiable frase de Eduardo Menem? ¿Querrá –acaso- volver a colgar el cuadro de Rafael Videla?
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