https://riojalibre.com.ar/wp-content/uploads/2016/01/CAUDIA-DF.jpg isn't a valid image

  FILE: /home/riojalib/public_html/wp-content/themes/riojalibre2020/img-resizer.php
  LINE: 553

    FILE: /home/riojalib/public_html/wp-content/themes/riojalibre2020/header.php
    LINE: 45

      FILE: /home/riojalib/public_html/wp-includes/template.php
      LINE: 723

        FILE: /home/riojalib/public_html/wp-includes/template.php
        LINE: 672

          FILE: /home/riojalib/public_html/wp-includes/template-loader.php
          LINE: 106

            FILE: /home/riojalib/public_html/wp-includes/general-template.php
            LINE: 41

              FILE: /home/riojalib/public_html/wp-content/themes/riojalibre2020/single.php
              LINE: 10

                FILE: /home/riojalib/public_html/wp-blog-header.php
                LINE: 19

                  FILE: /home/riojalib/public_html/index.php
                  LINE: 17
Aparecen: ,

Ex alumno y docente recordó al ex Rector

2

A pocos días de su muerte, Juan Antonio Lázara difundió una emotiva carta en la que cuenta su experiencia y relación con Enrique Tello Roldán. Lo define como un «exótico caudillo intelectual de La Rioja» y sentencia: «Mi sorpresa fue con aquellos que lo habían endiosado durante décadas. Luego de la revolución de septiembre, los que antes lo coreaban en los actos, lo transformaron en un demonio y lo insultaban».

Read Time:4 Minute, 21 Second

SE ME MURÍO UN POCO LA RIOJA

Se me murió un Jefe. Se me murió una parte de La Rioja.

Porque para mí, Tello era La Rioja. Durante mucho tiempo para mi cultura porteña y europeizada, Tello era sinónimo de La Rioja. Así de simple y equivocada era mi ilusión.

Aunque tal vez nadie difunda esta carta porque no es “políticamente correcta” me animo a escribirla como un homenaje no sólo a Tello sino también a entrañables amigos y alumnos que allí dejé. Algunos amigos eran seguidores de Tello y otros, opositores pero, al fin, amigos para siempre.

Sé lo que es dolor de perder a mis padres y a algunos de mis camaradas, profesores y alumnos. Pero nunca había experimentado la muerte de un verdadero jefe.

Enrique Daniel Nicolás Tello Roldán fue el jefe riojano que me deslumbró como un exótico caudillo-intelectual. Como rector era un rara avis con el que podía hablar durante horas de asuntos con los que con pocos amigos podía hablar.

Platicábamos durante horas de antropología filosófica, de hermenéutica, de la España musulmana, del exilio de Perón, de los parsis de la India, de Angkor Wat y su emperador constructor Suryavarman II, de las pirámides escalonadas de Sakkarah, del Tao y de Confucio, en fin, de temas tan disímiles como apasionantes.

Recuerdo cuando inauguramos en 1998 la flamante ciudad universitaria y compartimos una histórica velada con líderes de la talla de Henry Kissinger. También recuerdo la presencia de intelectuales marxistas de nivel internacional al que Tello también invitó a participar del proyecto académico.

Por eso, por su amplitud intelectual y por su don de gente como pocos, de jefe pasé a sentirlo como un amigo. Un gran amigo al que me animé a presentarle mi familia oriental. Su familia fue muy cariñosa con mi recién nacido niño japonés y fueron inolvidables los encuentros en donde también ayudé a que desembarcaran los primeros asiáticos en La Rioja que seguramente muchos de ustedes recordarán.

Pasados los años, Tello Roldán me invitó a fundar una inédita carrera de Teología y Religiones Comparadas que se le había ocurrido inaugurar.

Fue así que viajé semanalmente a brindar mis experiencias sobre hinduismo, budismo y shintoismo en la impecable Universidad Nacional de La Rioja dejando mi salud y mi tiempo por un proyecto que me parecía increíble e incluso perdiendo dinero por los viáticos que se demoraban. Pero el entusiasmo valía más que unas monedas y por eso llegué a representar a la UNLaR en Indonesia, ad honorem, y haciéndome cargo de todos los gastos.

En la cátedra de Arqueología y Liturgia me di cuenta que, justamente, Tello no era sinónimo de La Rioja sino que esta provincia pequeña estaba preñada de barrocas internas que mi mente limitada de capitalino no me permitía discriminar.

Luego vino una revolución de repostería en donde en lugar de armas los neo-guerrilleros disparaban con insultos. Paradójicamente, los opositores históricos a los que Tello había dejado de lado fueron los que tuvieron una conducta digna, memorable y cabal.

Mi sorpresa fue con aquellos que lo habían endiosado durante décadas. Luego de la revolución de septiembre, los que antes lo coreaban en los actos, lo transformaron en un demonio y lo insultaban. Y como en una novela de Vargas Llosa, los personajes cambiaron pero las prácticas políticas que le criticaban a Tello pasaron a ser fotocopiadas.

¡No lo podía creer! No entendía nada. La amada La Rioja se convirtió así, de la noche a la mañana, en un territorio acribillado de rumores y chismes mal intencionados.

En mi caso, tengo el dolor de haber perdido un jefe pero la satisfacción de la conciencia en paz por no haber abandonado ni al amigo ni al jefe cuando otros hacían leña del árbol caído. Poco a poco me fueron marginando con distintas trabas burocráticas kafkianas y dejé de ir a la querida La Rioja.

En diciembre pasado, estuve en el Vaticano en las oficinas del Santo Padre y le comenté a los amigos y maestros que me recibieron, sobre la primera carrera de Teología en una universidad pública que en el pasado había creado el rector de una remota provincia sudamericana y los monseñores me felicitaron. Pero les dije que el mérito no era mío sino de un jefe que estaba ahora en el ostracismo.

Porque a Tello Roldán, que conoció la cárcel por su militancia, también le tocó morir en el ostracismo, en el exilio interior, en el abandono. Como murió Rosas, como murió Napoleón y como murieron tantos intelectuales nuestros en épocas de persecuciones.

Me animaría a decir que no sé si se murió de una enfermedad física o, en realidad, se murió de tristeza.

Vaya mi conmovido saludo para su esposa y sus hijas e hijos y nietos. Finalmente, aclaro que nunca compartí sus ideas políticas ni muchas de sus decisiones, al contrario. Nunca fui peronista ni conocía de cuestiones partidarias. Pero su amada familia, saben que nunca dejé de quererlo como amigo y al jefe. Aunque eso pudiera costar cargos o cátedras.

Juan Antonio Lázara
guia@estudios.com.ar
DNI 17199083
Profesor titular de Arqueología y Liturgia I y II
Universidad Nacional de La Rioja
FOTOS: TOTEV, alumno de la carrera de Teología.

0 0
Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
0 %
Sleppy
Sleppy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
0 %

Average Rating

5 Star
0%
4 Star
0%
3 Star
0%
2 Star
0%
1 Star
0%

2 thoughts on “Ex alumno y docente recordó al ex Rector

  1. gracias por animarse a publicar la carta en una provincia donde los medios grandes dependen de la publicidad y por lo tanto son amanuenses y no informan equilibradamente…Su página es muy necesaria…Muy buena su manera de titular y este título es para pasarlo ahora al NYT y a algún diario europeo…

    por supuesto que el Dr. Tello Roldán se merecía un homenaje de la comunidad tal como él hizo con sus antecesores en actos que yo mismo fui. Pero tal vez la historia ponga las cosas en orden o tal vez no como ya ha sucedido…

  2. Juan Antonio Lázara Les comento que estoy recibiendo muchos mensajes de alumnos de la UNlaR con condolencias por Tello Roldán de La Rioja que no se animan a firmar por miedo a represalias por las actuales autoridades como por ejemplo el mail de abajo:

    Me gusta · Responder · 2 min Buenas tardes Juan, acabo de leer tu carta en homenaje a Tello Roldan, soy estudiante universitaria de la carrera de Trabajo Social, donde paradójicamente el nuevo rector es mi profesor. Sabes queria contarte que no tuve la oportunidad de conocerlo personalmente a Tello, pero casi como algo inexplicable, como nunca me habia pasado sentia tanto admiración por el, un cariño de esos q nacen del alma y que sin interés alguno nacía hacia el, recuerdo cuando el estaba al mando de la uní, yo iba feliz a clases, cada vez q cruzaba el portón de aquella casa de altos estudios sentia un orgullo y tanta emoción en mi pecho, que juro, nunca mas volví a sentir despues de todo lo que paso, despues de su partida toso fue un caos en la uní, los profes ya no eran los mismos no entendía la relación alumno- profesor que se daba a partir de aquella «toma o lucha» , jamas mi universidad volvio a hacer la misma, ese prestigio ese orgullo, nada fue lo mismo y lo mas triste es que estudiantes como mi caso, no podemos si quiera mencionar que simpatizabamos con la gestion de Tello, pareciera que fuera una mala palabra hacer alusión a algo relacionado con el. El dia de su muerte, varios conocidos que saben que simpatizaba con el gobierno anterior me enviaron msj riéndose, burlándose de la muerte de Tello, sabrá o se imaginara lo triste que suena eso. Bueno esto de escribirle nació espontáneamente luego de leer su carta, con lágrimas en los ojos e despido muy cordialmente! Saludos. (ACTUAL ALUMNA DE TRABAJO SOCIAL DE UNLAR) Se ve que todavía hay miedo a expresarse…¡qué me cuentan?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Next Post

La asesina de Kelo Ávila dejaría la cárcel

El País está conmocionado por la muerte del bebé en Portezuelo, asesinado por su padre, que tenía antecedentes por violencia de género. En Chamical podría repetirse el escenario: dos culpables que dejarían la prisión. Iris Paigés, acusada de planear y asesinar junto a su yerno a quien era su esposo, el comerciante “Kelo” Avila, Jorge Raúl Leguiza, señalado como el presunto autor de abuso sexual con penetración de una menor minusválida de 13 años; y Eduardo Oscar Torres, también signado como el supuesto autor de abuso sexual, en contra de sus dos hijastras, que en ese momento eran menores de edad; podrían recibir el beneficio de la prisión domiciliaria.