El riojano llamó a los jefes de bloque. Advirtió que si también se cae el DNU de deuda se congelan partidas para las provincias. La presión del fin de semana.
El riojano se comunicó con el titular de la UCR blue (Democracia por Siempre), Pablo Juliano; y el de Encuentro Federal, Miguel Pichetto, quien además visitó el despacho de la presidencia de la cámara baja este viernes para seguir la discusión. Menem también se habría comunicado con el titular de UP, Germán Martínez.
La presión oficialista incluyó diálogos del jefe del bloque LLA, Gabriel Bornoroni, con los opositores afines. El mensaje no varió: si se baja el DNU 846 que habilita a canjear deuda en cualquier condición, el diálogo con las provincias se corta de inmediato.
“Es al revés: si no tenés ese decreto, vas a necesitar el Presupuesto”, trató de acorralar a Juliano a Menem, en la breve conversación telefónica que tuvieron. Este viernes por la noche, luego de no ser escuchado por sus colegas, Menem convocó oficialmente a la sesión para el martes a las 15, pero usará el fin de semana para continuar intentando que no haya cuórum.
Hasta este viernes, los negociadores de EF y DPS contaban un piso de 132 votos, tres más que la mayoría simple, aunque no descartaron que los llamados del fin de semana pudieran complicar el panorama. Por si fuera poco, el PRO no tomó postura y, si hay sesión, iría por la abstención, para darle un mensaje de hostilidad a Javier Milei y dejar abierto el escenario ante un eventual veto.
La pelea contra los DNU
Como explicó Letra P, de mínima, el Gobierno quiere que no se rehace el DNU 864, porque haría fracasar los canjes de deuda que se llevarán a cabo con ese instrumento. Es que si bien el decreto no quedaría derogado, porque faltaría que se trate en el Senado, con su rechazo en una de las cámaras del Congreso alcanza para frustrar próximas renovaciones de papeles.
«Es grave lo que hicieron. Estamos negociando sumar obras al presupuesto y nos sacan una herramienta para financiarnos», fue el mensaje del Gobierno este jueves, cuando supieron del llamado a sesión. Después empezaron los llamados de Menem.
Tampoco le agrada a la Casa Rosada el proyecto para restringir la vigencia de los DNU a 90 días y obligar a que en ese lapso sean aprobados en las dos cámaras del Congreso. Pero de sancionarse, existe el recurso del veto. En cambio, si un decreto se deroga, no tiene vuelta atrás.
La sesión fue suficiente para cancelar las negociaciones por el presupuesto 2025, que el Gobierno pretendía acordar con los gobernadores que visitaron al Presidente estas semanas. La oferta era sumar las obras que estaban convenidas de otras gestiones y no fueron ejecutadas. «Es lo único que les importa: en la Rosada los mandatarios no hablan de universidades y jubilaciones», bromean los voceros ministeriales.
Milei está dispuesto a olvidar esas promesas si avanza la derogación del DNU el martes en Diputados. «Queremos Presupuesto, pero no a cualquier costo. Tampoco vamos a estar tres meses negociando. Si arruinan todo con esta sesión, se prorrogará el de 2023, con partidas desactualizadas y en un año electoral», amenazan en el Gobierno.
Para complicar esa maniobra, para la sesión, la alianza anti-Milei planea emplazar a la comisión de Presupuesto para retomar el debate, dictaminar y llamar a sesión. De todos modos, no darían los tiempos para una sanción en el Senado sin un llamado a extraordinarias del Presidente.
Los números
La confianza de la oposición no dialoguista es total. «Realmente, no encuentro de dónde nos pueden robar votos», sostuvo uno de los negociadores de EF ante Letra P. El último conteo, por precaución, que hicieron dejaba fuera a representantes de gobernadores que pudieran fallar. Tampoco hay expectativas de que, si hay cuórum, se caiga el DNU de la deuda. Creen que la mayoría actuará en forma armónica contra los deseos de Milei.
Por caso, contaban 94 de los 99 representantes de Unión por la Patria, porque a una ausencia confirmada, sumaban cuatro de Catamarca, por si el vínculo entre el gobernador Raúl Jalil y la Casa Rosada volviera a tener un correlato en el recinto. Voceros del grupo catamarqueño consultados por Letra P advirtieron que, de haber un compromiso, será en el Presupuesto.
Los 12 de la UCR blue estarían para sesionar y de los 16 de EF están en zona gris el entrerriano Francisco Morchio y el chubutense Jorge Ávila, por presión de sus gobernadores. También la cordobesa Alejandra Torres, quien ya dio muestras de estar en sintonía con el Gobierno con su ausencia en la sesión en la que debatió se el veto a la ley de presupuesto universitario.
Hasta ahora, los cordobeses Alejandro García Aresca y Carlos Gutiérrez, cercanos al gobernador Martín Llaryora, aseguran que estarán para votar contra el Gobierno. La reticencia del presidente a aumentar las tranferencias a las cajas previsionales locales tiene roto el diálogo con la administración de Córdoba.
La Coalición Cívica firmó dos dictámenes de la reforma de los DNU (el de mayoría de la oposición y uno de Juan López) y se cuenta a sus seis miembros para el cuórum.
En EF y DPS suman otros aportes decisivos del resto de los bloques, que el Gobierno considera aliados. Creen tener la ayuda de al menos dos de Innovación Federal, el bloque que representa a las provincias de Misiones, Salta y Río Negro. También al santacruceño Sergio Acevedo y a dos del PRO que reportan a Horacio Rodríguez Larreta: Héctor Baldassi y Álvaro González.
Otro aporte vendría de la UCR oficial, que defiende el dictamen de Karina Banfi, -sin plazos de vigencia en los DNU pero con derogación de una cámara- pero podría tener colaboradores para el cuórum. Apuntan a Mario Barletta (que tiene bloque propio), Julio Cobos, Martín Tetaz y Atilio Benedetti. Serían suficientes para abrir la sesión. El Gobierno tiene tres días para evitarlo.