Redacción de RiojaLibre
El martes de la semana pasada, un adulto mayor de Tama, que se había operado en una Clínica de Capital, dio positivo en COVID-19. Inmediatamente, se aisló a todo el personal del Hospital de Tama y del Hospital de Chamical que había estado en contacto con ese sujeto.
Provincia actuó rápidamente, haciendo las pruebas correspondientes con velocidad, y a última hora del Miércoles ya se sabía que las siete personas de Tama ‘testeadas’ habían dado NEGATIVO. El problema llegó el Jueves por la tarde, cuando el Intendente Ricardo Romero puso en duda la veracidad de dichos resultados con este polémico posteo:
El Viernes, en #DespiertaProvincia se consultó al Secretario General de la Gobernación -Armando Molina- sobre este tema: «son cuestiones técnicas, hay que estar calmos, hay que tener madurez emocional», disparó.
Evidentemente, Romero NO estuvo a las alturas de las circunstancias. Poner en duda la legitimidad de los estudios del Ministerio de Salud hizo que todo el Departamento ‘pensara lo peor’, y durante 48 horas -hasta que llegaron las pruebas que ratificaron el primer resultado- se propagara cualquier tipo de versión en el Departamento.
Con su poste irresponsable y su inmadurez emocional, fue el propio Intendente el que de alguna manera avaló dichas versiones y trascendidos.
Una regla básica del manejo de Crisis dice que ‘lo último que se debe hacer es cuestionar la autoridad, poner en duda su legitimidad’. El Intendente ‘inmaduro emocional’ fue lo primero que hizo: no solo cuestionó al Ministerio de Salud como autoridad en el tema, sino que lo hizo público.