Mientras en la UNLaR el “calderonismo” se apresta el próximo 14 de diciembre a sancionar una reforma del Estatuto acorde a sus medidas, en la Universidad Nacional de Córdoba los estudiantes decidieron tomar el Pabellón Argentina de la Ciudad Universitaria y evitaron que el rector Juri concrete la Asamblea Universitaria que pretende también reformar el Estatuto para mantenerse en el poder.
Con la consigna de “Basta de Estatutos oficialistas”, la oposición Frente para Todos UNLaR denunció que la reforma que se pretende implementar tiene como finalidad: Seguir con las designaciones nodocentes discrecionales; sepultar el voto igualitario; desconocer la existencia de la Asamblea Estudiantil: obligar a los graduados a empadronarse para votar; los decanos elegirán a dedo a los coordinadores de carrera; la Junta Electoral seguirá siendo oficialista; permitirá la re- re relección de las actuales autoridades; centrarán aun más el poder en el rectorado; las sedes no podrán elegir sus autoridades y el oficialismo seguirá auditándose a si mismo.
Rebelión en Córdoba
En la Universidad Nacional de Córdoba, el rector Juri impulsa un proyecto oficialista con Ponderación simple, lo que significa que el claustro docente tendrá el 50 por ciento de impacto; el de estudiantes, el 33 por ciento; los egresados, el 11 por ciento; y los no docentes, el 6 por ciento.
Sobre la versión que circulaba sobre un posible desalojo, el rector descartó esa posibilidad: “No le vamos a dar el gusto de llamar a la Policía para que desalojen, porque muchos están buscando eso para lo que sea”.
Es decir, mientras en Córdoba los Alumnos se oponen a la reforma, en La Rioja se la respalda.
Alejandro Álvarez: «Relato, Presupuesto y Estatuto»
La Educación es el pilar del desarrollo de nuestro pueblo.
Queremos un mayor presupuesto para ella y para nuestras universidades, distribuido y ejecutado con equidad, transparencia y con la verdad.
Pero es grave pretender ocultar detrás de banderas compartidas como la defensa de la educación pública, con información incompleta y confusa, el retroceso institucional que representa el estatuto oficialista que se pretende aprobar el 14 de Diciembre.
Estamos en días cruciales para el futuro institucional de nuestra Universidad, donde en breve y tras una irregular sesión del consejo superior, se convocó a la asamblea universitaria para que trate el proyecto de estatuto más antidemocrático y proscriptivo de nuestra historia reciente. El que sepulta las banderas y valores que nuestra sociedad apoyó allá por Septiembre de 2013 cuando los mismos verdugos de hoy, eran los líderes de la toma universitaria en pos de democracia, pluralidad y excelencia.
Ese proyecto de estatuto que elimina el derecho a elegir sus candidatos y representantes a nuestras sedes, sumiendo la universidad en el rectoralismo centralista; estatuto que potencia la suma del poder en el rectorado para que unipersonalmente se siga designando personal sin la participación de ningún órgano colegiado y en perjuicio del presupuesto; estatuto que les garantiza a los oficialismos presentes y futuros el aparato electoral sin ningún control democrático y que habilita la re-reelcción de las actuales autoridades entre otros retrocesos. No debería sorprendernos que sea a propuesta de un movimiento y gestión, que sin motivo alguno, impugnó a la única lista opositora en las últimas elecciones.
Todos esos vastos temas institucionales deberían ser el eje central y el debate principal de la comunidad universitaria, y sobre todo de las actuales autoridades en busca de consensos y diálogo. Sin embargo, todo el aparato mediático de la Universidad, hoy nos trae una nueva lucha para ocultar el sol.
Varios con miedo, tras escuchar arengas y comentarios de pasillo preguntan: Qué vamos a hacer sin presupuesto? Se podrán pagar los sueldos? Porqué a nosotros?
Es ahí donde la independencia ideológica institucional, la verdadera autonomía universitaria, o al menos la honestidad intelectual debiera primar, y haciendo honor de ser Universidad, analicemos el tema con seriedad y objetividad antes de opinar.
En pos de un correcto entendimiento y como la incursión del partidismo en la Universidad afectó a algunos en su objetividad, nos vemos en el deber de no creer en todo lo que se dice o se muestra (u oculta). Por ello, nos hemos tomado el pequeño trabajo de ir a la fuente, es decir a analizar los presupuestos universitarios aprobados en los últimos años y el proyecto actual 2017. Tarea no tan compleja, si vale el comentario, ya que se puede acceder a ellos en el sitio de la oficina de presupuesto.
Toda la información de este análisis, se basa en datos oficiales de la oficina de presupuesto, dependiente de la secretaría de hacienda del Ministerio de Economía de la Nación (Hoy Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas) cuyo link se adjunta. Y en la planilla “B” del Proy. Presupuesto 2017 compartida por nuestra UNLaR.
Haciendo un simple análisis de los datos objetivos disponibles en dicha fuente, nos encontramos con el siguiente cuadro comparativo, en el que vemos los montos totales presupuestados para nuestra UNLaR en los últimos años (2013–2017) y el incremento interanual resultante, comparando ello con el monto total destinado a todas las Universidades Nacionales (Sistema Completo).
Como se puede observar, nuestra Universidad ha recibido en los últimos cuatro presupuestos nacionales, un incremento porcentual mayor al del sistema completo, sin contar refuerzos recibidos en la actual gestión post-toma u otros fondos fuera de los presupuestados recibidos por nuestra Universidad.
Ahora pasemos a analizar el presupuesto del año 2017 puntualmente, tanto su Planilla “A”, como la Planilla “B”.

Vemos en la Planilla “A”, un incremento del 51%, que llevará nuestro presupuesto de los $ 625 millones del 2016 a $942 millones en 2017. Y también que el incremento total del presupuesto de todas las universidades es del 45%, pasando de $ 51.947 millones en 2016 a $75.561 millones en 2017. Es decir que nuestra UNLaR recibirá un incremento porcentual mayor al del sistema completo, como lo ha venido haciendo en los últimos años y se observa en el cuadro “Evolución Presupuestaria UNLaR” antes mencionado.
Con respecto a la planilla “B”, es un listado adicional de fondos a 21 universidades, donde no se conoce el motivo del mismo y se excluye a nuestra UNLaR, aspectos objetables que debieran ser revisados y cuestionados.
Pero cabe aclarar, que esta planilla “B”, suma en total $ 1.028 millones. Monto que representa el 1,3% de los $75.561 millones de la Planilla “A”.
Ahora sí, con datos objetivos y completos podemos sacar algunas conclusiones y completar el panorama con el detalle por Universidad, para así entender el lugar que ocupamos en él y cual es la realidad respecto del presupuesto 2017, de ese trabajo surge el siguiente cuadro comparativo que seguramente resultará de interés.

Por el análisis anterior y de aprobarse el presupuesto tal como está, podemos afirmar lo siguiente:
Tranquilidad a la comunidad de la UNLaR, el presupuesto sube un 51% para 2017 respecto del 2016, llegando a $942 millones. Salvo un muy mal manejo interno, no debería haber problemas.
La UNLaR con un 51% de incremento presupuestario, ocupará el puesto 13º, en el ranking de incrementos presupuestario universitario para 2017 (sobre 56), por sobre el promedio del sistema y aun sin estar en planilla “B”.
Pero estos datos objetivos, también son un llamado a la importante misión de informar con la verdad y no caer en el uso de temas sensibles, con fines que parecerían tener más que ver con aspiraciones de la política partidaria territorial que con la gestión Universitaria. De eso nuestra sociedad ya se ha cansado.
Concluyendo:
La lucha por la educación pública es de todos, con la verdad y con los valores compartidos Excelencia, Pluralidad y Democracia.
Queremos un estatuto de todos y para todos.