En su larga estadía en el poder, pocas veces se vio la figura del Gobernador tan debilitada. En la última década, Luis Beder Herrera se erigió como el líder más importante de la Provincia, apelando siempre a su inteligencia para tejer estrategias y su capacidad para elegir aliados y enemigos. Se mostró cauto y pasivo para enfrentar cada conflicto que le fue surgiendo, pulverizando a quienes amenazaban con quitarle una porción de poder.
En lo que va del 2014, el escenario cambió radicalmente: Beder Herrera se encuentra inmerso en un laberinto que –paradójicamente- se construyó él mismo. En su afán por oxigenar su figura, el gobernador relegó protagonismo en sus Ministros, dejándoles la oportunidad de salir a enfrentar los conflictos que se vienen sucediendo. Sin embargo, los funcionarios escuchan todos los reclamos, pero no tienen el poder suficiente para decidir acciones superadoras.
Como resultado, tenemos un Gobernador debilitado, que huyó cuando los ánimos se caldearon; y a ministros navegando en la oscuridad, tirando manotazos al aire sin un eje central que guíe sus conductas.
Abandono
Beder Herrera se ausentó en las últimas semanas cuando la Provincia atraviesa fuertes focos de Conflicto en varios de sus Departamentos. En Chepes –pagos de Claudio Saúl- los vecinos se manifiestan en las calles por el calamitoso estado que presenta el Nosocomio Local; ni el Ministro de Gobierno ni el de Salud (Marco Perera) pueden dar una solución concreta. En Chilecito, el conflicto docente sigue más vivo que nunca: los padres, alumnos y profesores unen sus voces y mantienen firme su Protesta. La incapacidad de Walter Flores al respecto es asombrosa.
En Capital, los alumnos del ISFD Castro Barros recrudecen sus reclamos y aseguran que la solución es la recuperación de la Escuela Normal o la construcción de un nuevo edificio. Saúl solo se limitó a decir que recuperar edificio que ahora alberga a ‘comercios’ es imposible porque “fue una decisión el Gobernador”. Por su parte, los asambleístas van por su tercera semana consecutiva de Corte en El Duraznillo, prohibiendo el ingreso de los técnicos del CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica). El viernes por la noche ambas protestas se unieron en una multitudinaria marcha que copó la Plaza 25 de Mayo.
Más allá de cada injusticia o insuficiencia del Gobierno que motiva cada protesta, existe un patrón coincidente en todos los reclamos: bronca e indignación por la pasividad del Gobernador. Ante todos estos focos de conflicto, Beder Herrera prefirió ausentarse. Reacción totalmente opuesta a la tomada por el Intendente capitalino ante las quejas de algunos pocos vecinos que tocaron su bocina rechazando la Tasa Vial.
El mandatario capitalino decidió hablar en conferencia de prensa el viernes por la mañana (el primer bocinazo fue el jueves y se preveía una mayor aún para el viernes), abriéndose ante las preguntas de todos los periodistas presentes, y contestando detenidamente cada inquietud. La decisión fue atinada: el bocinazo previsto -e impulsado fuertemente desde un determinado sector político- para minutos después de la Conferencia de Quintela mermó bastante en comparación con en el del Jueves; y el programado para este lunes ya no tuvo adherentes, solo algunos taxis motivados por los organizadores.
Beder Herrera se escondió y los reclamos se intensifican; Quintela dio la cara y los vecinos le respondieron positivamente.
Existen dos formas de interpretar la sorpresiva retirada del Gobernador: los ultra antibederistas sostienen que ‘ya no está en condiciones de Gobernar’, especulando con que ‘algo oculto debe haber’ o los clásicos rumores sobre supuestas enfermedades que lo aquejarían. Teniendo en cuenta quienes esgrimen esta tesis, pareciera tratarse más de una expresión de deseo que de un análisis serio y coherente.
En el otro polo se encuentran los fanáticos del Gobernador (entre ellos, muchos medios ‘oficiales’), que explican que es un ‘retiro temporal’ para recargar fuerzas, y diagramar una estrategia de esas que “solo a él se le pueden ocurrir” para encarar el último tramo de mandato y reconquistar al ciudadano para su re reelección.
Debilidad
La realidad indica que el Gobernador permitió que se le junten ‘dos enemigos’ fuertes. Beder siempre se caracterizó por permitirse tener un solo oponente para aniquilar, o –incluso- en muchas elecciones ningún contendiente de peso. De cara al 2015, el Gobernador sabe que existen dos líderes opositores a los que se le va a ser imposible vencer.
En una elección con tres candidatos, Julio Martínez y Ricardo Quintela disputarían el primer lugar, relegando a un cómodo tercer puesto al actual gobernador. Si los candidatos son dos (se descarta un pacto ‘Martínez-Beder’), el Doctor tiene dos posibilidades: protagonizar una derrota histórica ante una alianza entre Quintela y Martínez; o ‘arreglar’ con Quintela y mantenerse en el bando ‘ganador’, pero –esta vez- no existe posibilidad alguna que el Gitano postergar sus ansias de llegar a la Casa de las Tejas.
Aunque –según lo que marcan los sondeos- parezca difícil imaginar un 2015 con Beder en el Poder, debe reconocerse que si algo supo lograr el Gobernador en sus dos mandatos fue edificar una poderosa imagen de sí mismo. Su figura como líder dentro del espacio es innegable, al punto que el ‘agigantamiento’ de su estampa bloque el crecimiento de un político bederista que se perfile como posible sucesor.
Sin embargo, fuera de su espacio, la figura del Gobernador comienza a debilitarse preocupantemente. Los ‘títeres’ que se mueven por la Casa de Gobierno ya no tienen el Titiretero que movía los hilos para solucionar todos los problemas. Ante este escenario inocuo, los Ministros tambalean disipados y perdidos, peleándose entre ellos mismos y sin ofrecer ningún tipo de soluciones ante los reclamos que se suceden.
Nace un nuevo esquema en el Gobierno Provincial, y sus protagonistas parecen no estar preparados para afrontarlos. Su –otrora- poderoso y fuerte líder los abandonó. Sin reacciones saludables, los Ministros solo rezan para que ese ‘estado de abandono’ que padecen sea temporal y finalice cuanto antes. La incertidumbre reina en la Casa de las Tejas: ¿Volverá el Titiritero?. Cuando retorne, ¿tendrá la misma habilidad para manejar los hilos? ¿O la debilidad que lo inunda ya habrá mechado?.
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