Redacción de RiojaLibre
El 18 de Noviembre de 2018, cuando se transformó en la primera mujer riojana en asumir en el Consejo de la Magistratura, Inés Brizuela y Doria definió no participar en el año electoral que se avecinaba. Así quedó demostrado de cara a las fallidas elecciones del 12 de Mayo, cuando el Frente Opositor Ahora La Rioja tenía listas sus principales fórmulas: Martínez-Felipe por la Gobernación y APU-Tere Luna en la Intendencia.
Luego vino lo que todo conocemos: la Cortes dio de baja la Enmienda, Sergio Casas no pudo ser candidato y postergó las elecciones. En esos cinco meses de Mayo a Octubre, APU se alejó de la oposición, y Julio Martínez se quedó sin candidato a Intendente. Hubo que cerrar las listas para Diputados Nacionales, y se usó al único nombre posible sin APU en carrera: Felipe Álvarez.
A la hora de armar las listas para Capital, Inés ya no podía mirar para otro lado: era la única figura posible en Juntos Por La Rioja para ser candidata a Intendente. Para colmo de males para Inés, el peronismo iba dividido en tres y sus posibilidades de ganar crecían notablemente.
Sí, leyó bien: para colmo de males para Inés. Es que la Senadora no quería dejar su banca en el Senado y su privilegiado lugar en el Consejo de la Magistratura. Inés Brizuela y Doria tenía garantizado hasta 2023 un lugar preponderante en el escenario nacional, tanto en el Poder Legislativo como Judicial. Ahora, deberá venir a ‘renegar’ con una Ciudad en ruinas.
Tal es el malestar que invade a la Intendenta electa, que desde el propio radicalismo se dejó trascender que Inés podría no asumir en la Intendencia para seguir en el Senado. Falso: sería un papelón sin antecedentes que dejaría a la UCR fuera de todas posibilidades electorales en los próximos 20 años.
Brizuela y Doria dejará su cómoda banca en el Senado y su influyente lugar en el Consejo de la Magistratura para asumir un Municipio que tiene un déficit mensual de alrededor de 1 millón y medio de pesos. La gestión que se va lo hace llena de deudas, y será Inés la que deba soportar el enojo y enfado de los Proveedores.
5.500 empleados de planta, 3.000 PEM y otros 3.000 trabajadores que cobran ayudas económicas y sociales. Brizuela y Doria no sabe cómo conseguirá los fondos para sostener semejante planta, y sabe que si deja a solo uno de esos 11.500 municipales en la calle, el caos será total
Por otra parte los servicios públicos están colapsados: el Municipio tiene solo un camión recolector de basura para toda la Ciudad, y debe pedir ayuda a Gendarmería. Pasan más de 20 días sin recolección y la basura se acumula en todos los Barrios. A su vez, los Baches se multiplican con el pasar de las semanas, y la iluminación de las calles es solo ‘un lujo’ del micro centro capitalino.
Mientras Inés observa este paupérrimo escenario, ve en Clarín como el PRO y la UCR se pelean por el poderoso lugar que deja en la Magistratura.

Inés no quería ser candidata, no quería ser Intendenta. Pero el 10 de Diciembre deberá asumir.