Cuando apenas se jugaban cuatro minutos, el equipo de Carlos Bianchi empezó a tocar en la mitad de la cancha y sin saberlo comenzó a construir lo que sería el primer gol del partido. El juvenil Marín se asoció con Pablo Ledesma por la derecha, el volante escapó a su marca y tocó para Román. El Diez, con los reflejos intactos, lo vio venir al Burrito Martínez y le sirvió la pelota en la entrada al área. El poema terminó con un pase del ex Vélez al centro y una simple definición de Nicolás Blandi.
El goleador sigue pagando con goles la confianza que le está dando el DT, pese a la presencia de Emmanuel Gigliotti en el plantel. Y el equipo demostraba una cara diferente en ese arranque y en el ataque se veía ante cada aproximación. Pero la defensa volvería a fallar.
A los 15, el equipo del debutante Alfredo Berti arrancó un ataque por la derecha y terminó convirtiendo por la izquierda. Tras varios pases, Lucas Bernardi vio a Milton Casco ganarle la espalda a Marín y le tiró un pase por arriba del lateral de Boca. El ex Gimnasia la paró y ante la salida de Agustín Orion definió para marcar el 1-1.
El partido se emparejaba y no solo en el resultado. Newell’s comenzó a moverse un poco y a generar situaciones después de haber convertido en la primera. Boca tuvo un lapso de incontinencia en el mediocampo y el conjunto rosarino intentó aprovecharlo. Pero cuando las cosas le estaban saliendo un poco mejor a la Lepra, los de Bianchi volvieron a golpear.
A los 30, Riquelme tiró un corner que generó una serie de cabezazos y rebotes que parecían no terminar en peligro para Newell’s. Pero cuando la pelota salió del área se encontró con el Cata Díaz, que interrumpió su regreso a la defensa, la paró de pecho y sacó un derechazo que se metió en el ángulo del arquero Nahuel Guzmán.
El arranque de Newell’s en el segundo tiempo iba a ser letal para Boca. El campeón tendría rápidas chances de revancha y las aprovecharía con mucha calidad.
Antes del minuto de juego, otra vez Bernardi se convirtió en distribuidor y le puso una muy buena pelota a Víctor Figueroa, que le ganó otra vez la espalda a Marín. El volante ex Godoy Cruz ganó en velocidad y habilitó de manera magnífica a Víctor Aquino, quien entró corriendo por atrás de Díaz y ante la salida del arquero le dio un pequeño toque a la pelota para convertir el empate. Y el mismo paraguayo, cuatro minutos después, se despachó con un cabezazo perfecto a un ángulo para cambiar el rumbo del partido: 3-2 para la Lepra.
El equipo de la ciudad de Rosario, golpeada en los últimos días, le robó la pelota a Boca y en el segundo tiempo se encargó de justificar la victoria. Pudo ampliar, pero no lo consiguió porque entre el Cata Díaz y Orion lo impidieron. El local se pinchó y ese equipo en ofensiva que golpeó en el arranque, se desvaneció, pese a que Guzmán casi le hace un regalo en una jugada que terminó en sus manos tras una serie de rebotes.
Atrás quedó el polémico triunfo con Belgrano del debut para los del Virrey. Boca tendrá que seguir trabajando para mejorar. Todavía está a tiempo.
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