Mientras en La Rioja se habla de la conformación de un Frente Peronista Disidente (anti bederista), cuya ‘pata nacional’ sería el inminente acuerdo entre Massa y Randazzo; la Senadora Teresita Luna se mostró ayer muy cerca al líder del Frente Renovador:
Massa se distancia de Macri
Se disparó ayer el fuego cruzado entre Cambiemos y el Frente Renovador de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires. Hasta el jefe de Gabinete, Marcos Peña, debió salir a disputar el conurbano y se mostró con el intendente peronista Mario Ishii, cercano al tigrense, en José C. Paz. Peña venía de Salta, donde firmó convenios con Juan Manuel Urtubey, gobernador PJ y principal adversario de Massa por el jefatura del peronismo poskirchnerista.
El diputado del Frente Renovador se anotó dos logros políticos: generar expectativa de resurrección electoral en el peronismo -después del ocaso de Daniel Scioli y las detenciones de José López/Lázaro Báez- y también provocar de manera indirecta ruido interno en Cambiemos a partir del pase de Joaquín de la Torre. En Cambiemos, además de proyectar a De la Torre como eventual cabeza de lista para diputados nacionales, pusieron a precalentar a Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social. No es la única integrante del gabinete nacional que sería candidata el año próximo. Los ministros radicales aparecen entre los “prescindibles” para depurar el gabinete: Ricardo Buryaile competirá por Formosa, José Cano por Tucumán -donde estuvo cerca de arrebatarle la gobernación a Juan Manzur- y Julio Martínez en La Rioja.
El ruido interno en el oficialismo bonaerense se genera ya que el peronista De la Torre desplazó del Ministerio de la Producción al radical Jorge Elustondo, hombre del vicegobernador Daniel Salvador. El funcionario UCR pasará a ocupar un Ministerio desdoblado de Ciencia y Tecnología para dejarle su cargo a De la Torre, ex- escudero de Massa en provincia de Buenos Aires. Al perder a De la Torre, casi de carambola, Massa agravó la interna entre María Eugenia Vidal y su tropa radical dentro de la gobernación, más allá del lamento radical en “loop” por su marginación en el gabinete nacional.
Massa, como anticipó este diario, exhibió ayer en Tigre a una tropa de senadores peronistas encabezados por el jefe de bloque, Miguel Pichetto, gerente de los gobernadores del PJ en el Congreso. Lo acompañó además el diputado Oscar Romero, titular del Bloque Justicialista que abandonó el kirchnerismo junto a los legisladores salteños que responden a Urtubey. El exjefe de Gabinete de Cristina de Kirchner demostró, en su propio distrito, el bosquejo de un armado federal ya que a la caminata por la autopartista Lear se sumaron los senadores José Mayans (Formosa), Teresita Luna (La Rioja), María Laura Leguizamón (Buenos Aires) y Carlos Caserio (Córdoba), entre otros. El cordobés es además presidente del PJ en su provincia -segundo distrito electoral del país- y embajador de José Manuel de la Sota en el armado con el massismo. El Frente Renovador es por ahora el único espacio orgánico del peronismo donde además confluyen dos gobernadores: Juan Schiaretti (Córdoba) y Mario Das Neves (Chubut).
Massa capitalizó así la aprobación de dos leyes que, a pesar de haber sido el primero en reclamar beneficios para las pymes, envió el Poder Ejecutivo Nacional al Congreso. “Nos une la vocación de que se ponga en marcha la economía”, fue el mensaje tácito del tigrense para Mauricio Macri, en la previa de la primera convocatoria a un cacerolazo por la suba de tarifas.
En el peronismo bonaerense, que también experimenta un principio de unidad a partir del reclamo de policías locales a María Eugenia Vidal, culpan a la gobernadora por esta carrera “armamentística” enfocada en sumar dirigentes ajenos. El caso más emblemático es De la Torre. Sin embargo hubo otras incorporaciones peronistas como el intendente de Azul, Hernán Bertellys. Desde esta perspectiva, Vidal habría funcionado como una catalizadora de la reunificación peronista ante el temor de los intendentes de perder sus territorios.
Si Massa logra traccionar al peronismo ortodoxo de la provincia de Buenos Aires, el oficialismo necesitará a Florencio Randazzo para cumplir su esquema de dividir en tres la oferta electoral del peronismo. En la proyección electoral, el oxígeno llegaría con el kirchnerismo residual. Martín Sabbatella está cerca de ser candidato por la provincia de Buenos Aires el próximo año con apoyo de La Cámpora de Máximo Kirchner y el partido MILES de Luis D’Elía. Todavía no está definido el formato del Frente Ciudadano que propuso Cristina de Kirchner, pero la expresidente -en caso de no postularse- estaría dispuesta a caminar la provincia en 2017.
Fuente: Ámbito Financiero