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Durante la última marcha federal, que la Rectora encabezó, declaró ante la multitud que la seguía: «soy hija de Madre que nos crío sola siendo empleada publica y atendiendo un kiosco, y aun así nos hizo estudiar y sino fuese por ella y la Universidad Pública no seríamos profesionales, eso defiendo que todos y todas hijos de trabajadores puedan tener las mismas oportunidades».
El mensjae fue tan claro que no necesita más desarrollo. Álbarez Gómez es la prueba cabal que una hija de trabajadores puede estudiar en una Universidad, recibirse, doctorarse e incluso llegar a ser Rectora. Natalia es el resultado de la educación pública, por eso su defensa no es solo simbólica, sino genuina y hasta personal.

