El secretario de Obras Públicas de la Municipalidad, Juan José De Leonardi y su acompañante, el geólogo Daniel López, quienes murieron en la tragedia aérea de Los Molinos fallecieron a raíz del primer impacto que dio la pequeña aeronave contra el asfalto. A esta conclusión habría llegado la jueza de instrucción de Aimogasta, doctora Mónica Grand de Ocaña luego de la autopsia que determinó que ninguna de las víctimas tenía “rastros de humo en tráquea”. Esta circunstancia determinaría que ambos ocupantes del denominado “autogiro”, en realidad un helicóptero de pequeña envergadura fallecieron cuando la pequeña aeronave se precipitó a tierra, tras chocar y cortar los cables de la línea que cruza la Ruta 75. “Como viajaban bien atados con los cinturones y arneses de seguridad, ambos habrían quedado sin vida en el interior de la nave que se prendió fuego y los incineró totalmente. Ayer, desde las 12.50 hasta las 17.30 trabajaron en el lugar los técnicos y peritos de la Fuerza Aérea, integrantes de la Junta de Investigación de Accidentes de la Aviación Civil, quienes realizaron un relevamiento de pruebas y una vez finalizada la tarea autorizaron el traslado de los restos de la aeronave a la Comisaría de Anillaco, donde quedaron depositados a disposición de la Justicia. Luego de la autopsia los cuerpos fueron entregados a los familiares para su velatorio y posterior sepultura, poco antes de las 12.30. Luego, un desfile de amigos y conocidos se registró en la sala velatoria de la calle Alberdi.
Jornada agitada
La actividad de ayer se inició poco antes de las 7.00 de la mañana, cuando la jueza Mónica Grand de Ocaño, acompañada por el jefe de la Regional de Policía con asiento en Aimogasta, comisario Guillermo Cortez, llegaron al lugar del accidente y, tras algunas indicaciones a los efectivos en el lugar, partieron hacia la Capital para dirigirse directamente a la Morgue Judicial.
Mientras tanto, desde temprano, en el lugar que estaba a cargo de la subcomisario Lorena Villagra, una de las oficiales superiores de la Comisaría de Anillaco, los técnicos y peritos de la Policía Técnica Judicial efectuaron sus tareas de relevamiento en el lugar. Los efectivos, que aclararon que no podían tocar ningún elemento del helicóptero, sino solamente lo que tenía que ver con los dos ocupantes fallecidos encontraron entre las cenizas dos teléfonos celulares, aparente pertenecientes a las dos víctimas. También habría encontrado la tapa de atrás de un reloj pulsera.
En la Capital
Mientras tanto, la jueza Grand de Ocaño, llegó a la Morgue Judicial y en forma inmediata le informaron sobre la identificación positiva de las dos víctimas, sobre las bases de historias clínicas que aportaron sus familiares. Sobre estas bases ordenó la entrega de los cuerpos a sus familiares para el velatorio y la posterior sepultura.
Una alta fuente ligada a los forenses que actuaron en la autopsia dijo NUEVA RIOJA que “ninguna de las víctimas presentó restos o huellas de humo en tráquea”. Al ser consultado lo que significaba ese detalle aseguró “los cuerpos se calcinaron luego de haber fallecido. Es decir podrían haber muerto en el primer impacto y cuando la aeronave se incendió ya estaban fallecidos y por ello no respiraron y no quedó huella o restos de humo en las tráqueas”.
La nave habría chocado con los cables que cruzan la Ruta 75 desde Los Molinos
De acuerdo a los detalles que van recopilando los investigadores respecto de la tragedia aérea registrada en el acceso principal a la localidad de Los Molinos, el pequeño helicóptero habría pegado primero con los cables que cruza por sobre la Ruta 75, desde Los Molinos y recién se precipitó a tierra para dar su primer golpe de frente.
Según uno de los testigos, Eduardo Mercado, la pequeña aeronave “pegó primero con los cables y luego fue derecho a pegar con la parte delantera en el asfalto. De ahí siguió y dio dos tumbos hacia el frente hasta detenerse”.
Contó asimismo que cuando atinaron a llegar al lugar nada pudo hacer “porque el helicóptero estalló en llamas y ni siquiera podía acercarme a hacer algo por esta gente”.
También, junto a otros testigos revelaron que la línea en cuyos cables chocó la aeronave llevan electricidad desde Los Molinos a un lugar cercano donde hay una perforación y que por ello no se quedó sin luz la localidad.

