Redacción de RiojaLibre
A pesar de que aparente lo contrario, una derrota electoral no anula a un espacio político. Es inapelable que Paredes Urquiza perdió las elecciones y no será Intendente hasta 2023, pero eso no anula que hay un espacio político considerable hoy denominado ‘paredismo’. Ese espacio no son solo los 20.000 votos logrados el Domingo, sino la proyección de varios cuadros políticos que merecen ser seguidos.
Los principales líderes políticos -y sus respectivos entornos- saben eso y ya empezaron las conversaciones con algunos ‘paredistas’ para contenerlos en la próxima gestión.
Pero antes de la respuesta de los paredistas, hace falta una definición previa de APU. Aceptar un ‘cargo’ sin que el actual Intendente defina su futuro podría ser tomado como traición. Algunos, dentro del paredismo, se ilusionan con que el Gobernador electo deje las diferencias de lado y -mostrando aperturismo- convoque al Intendente saliente a su Gabinete.
Aunque APU rechace el Ministerio ofrecido, allí si los paredistas tendrían el ‘aval político’ para ser contenidos en el próximo Gobierno Provincial. Lo mismo podría pasar en el Municipio, con un acuerdo entre Inés y APU.
Si dicho ofrecimiento o acuerdo político no llega -ni de Provincia ni de Municipio- los dirigentes paredistas tomarán decisiones individuales, siendo absorbidos algunos por el Municipio Capitalino y otros por Provincia.
Una tercer variable para tener en cuenta es la del Diputado Electo Felipe Álvarez. Si bien no tiene una estructura grande para contener a sus ‘ex compañeros’ en el Congreso, Felipe oficiará de principal nexo entre la Intendenta electa y los dirigentes paredistas. El ex Viceintendente nunca perdió diálogo con algunos pilares del Municipio.
En esa misma órbita se encuentra Guillermo Galván, paredista hasta hace 2 meses. Por ejemplo, el actual Subsecretario de Servicios Públicos -Álvaro Recalde- tendría casi garantizada su continuidad en el Gabinete si su Jefe Político (Galván) intercede.