El pasado 8 de agosto, sin ningún tipo de debate ni consulta, el gobernador emitió un Decreto y declaró de “necesidad y urgencia” la construcción de un Súper Domo (estadio) para los riojanos. Para la construcción del mismo, destinó un adelanto de 50 millones de pesos, y habilitó al Ministro de Infraestructura, Néstor Bosetti a retirar los fondos necesarios, para que sean entregados a manos de ONGs en forma de subsidios. Estas se encargarían de la construcción del mismo.
Como se dice vulgarmente, “demasiado gre gre, para decir Gregorio”.
Pero, a pesar que todo esto tiene demasiadas incoherencias, es importante destacarlas y ponerlas en evidencia, para evitar que se siga subestimando a la sociedad.
La primera irregularidad surge cuando –una vez más- se anuncia una obra millonaria, sin llamar a licitación.
Al trabajo no lo hará una constructora especializada, sino una ONG amiga del poder, cuyo contador Sergio de la Vega está relacionado a otra ONG que en Chilecito ya tuvo problemas con la construcción de simples viviendas, a través de una improvisada constructora del amigo personal del gobernador, Tedy Vizzoni.
Desde hace más de 20 años, las ONG son las estrellas de este tipo de negociados, que lejos de mostrar transparencia, crean más dudas que certezas acerca de la participación de tantas “manos” en actividades sensibles que deberían ser tratados con mucha seriedad.
El mejor ejemplo está en Chilecito. Hace un año el gobierno planificó la construcción de viviendas en Santa Florentina. La orden llegó a Infraestructura. Luego a la Unidad Ejecutora provincial. Más tarde a la Administración Provincial de Vivienda, que invitó a una ONG, para que esta contrate a un amigo del gobernador -que toda su vida se dedicó a su radio- que a su vez contrató a una constructora, para que se hagan unas viviendas. Algo así como: “Te contrato, para que contrates a una contratista que contrate gente”.
Demasiadas manos “tocaron” la tarea. El resultado: se perdió una plata que jamás llegó a los trabajadores. Y estos, cortaron calles céntricas, quemaron cubiertas… y luego de varias semanas… cortaron la Ruta Nacional 40. Todo eso, para poder cobrar su “contrato” de trabajo.
Mientras tanto, el listado de responsables que participaron de la ignota construcción de una docena de viviendas y que administraron el dinero de la obra, se miraban con desconfianza y se acusaban unos a otros por el faltante del dinero. Y ahí, pasó lo que tenía que pasar: El dinero nunca apareció y el Estado tuvo que volver a meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos, para pagarle a los trabajadores. Por lo que terminó costando más caro el collar, que el perro.
Lo preocupante de la situación, es que el ser humano debería aprender de sus experiencias. Y si comete un error, no debería tropezar dos veces con la misma piedra.
Aunque todo esto, en nuestra Rioja es posible. Hoy el gobierno se prepara a construir una obra faraónica de 150 millones de pesos, de la misma manera.
Y en el Decreto dice que debe hacerse con “necesidad y urgencia”. Dándole la fuerza necesaria a las palabras.
Necesidad: El pueblo lo necesita, es imprescindible para la vida de los riojanos.
Urgencia: Debe hacerse cuanto antes. De inmediato.
Ahora bien, el gobierno debería repasar con “necesidad y urgencia” sus prioridades. Que evidentemente no son las mismas que las del pueblo riojano.
Mientras 15 mil personas de Chamical no tienen agua para tomar, en el Oeste de la provincia unas 100 mil personas no conocen el gas natural. Faltan viviendas que se prometen todos los años. Hay familias que llevan casi una década esperando su turno y duermen todos en una misma pieza. Los hospitales son viejos edificios obsoletos. Los nuevos, pura cáscara. Los médicos cobran sueldos de miseria, al igual que los empleados públicos. Los pocos productores que quedan, están cada vez más golpeados por las economías regionales. La provincia se extiende por encima de un gran pozo negro, por falta de cloacas. Existen decenas de pueblos alejados de las ciudades que no tienen energía eléctrica; y ni hablar de la carencia de energía industrial para que se radiquen empresas que generen empleo genuino, para terminar con la dependencia del poder político.
El listado es enorme, pero sólo enumerando algunas carencias, se puede entender que La Rioja tiene muchas “necesidades” que deben solucionarse de manera “urgente”; y un estadio para entretener y distraer a la población, no debería estar primero en la lista. Y mucho menos, si su construcción estará impregnada de irregularidades.
El impacto de las SAPEM
Las incoherencias son materia común en nuestro gobernador. Desde que comenzó con su modelo SAPEM, lleva gastados más de 2 mil millones de pesos y los riojanos aún esperamos ver los beneficios. Mientras tanto, los que sí se beneficiaron fueron sus directivos, que cobran abultadas sumas de dinero por “administrar” los negocios del gobernador productor.
Un ejemplo al paso es la famosa Granjas Riojanas SAPEM. El martes posterior a las elecciones del 11 de agosto, el gobierno ordenó que se publique en tapa del “independiente” diario oficialista, la exportación de 40 mil pollitos BB a Paraguay. En la misma tapa, se animaron a destacar como un logro exorbitante, que se producía “un impacto en términos macroeconómicos, porque supone el ingreso de divisas al país. Son 25 mil dólares por esta operación que vienen muy bien para la economía”.
A ver: ingresan 25 mil dólares luego de 3 años de gastos, y son considerados un impacto macroeconómico. Una SAPEM que sólo hasta agosto de 2012, había gastado más de 20 millones de dólares en su “puesta a punto”.
Analizando estas cosas, con los números en la mano, cuesta creer el descaro con el que se le toma el pelo a los riojanos.
Si el ingreso de 25 mil dólares “es un impacto macroeconómico que le viene muy bien a nuestra economía”, entonces el gasto de 20 millones de dólares debería ser una macro-catástrofe para el impacto financiero y económico de una provincia empobrecida como la nuestra.
El problema más grave, es que quienes diseñan estas estrategias, piensan que la sociedad está dormida y que no lo percibe.
No acusaron recibo de la expresión popular del pasado 11 de agosto, donde la corrupción y los bajos salarios llenaron las urnas en contra del gobierno.
Explicar lo inexplicable
Volviendo al tema del nuevo gastito que está planeando el gobierno provincial. Esta semana volvieron a perder el control de la agenda y debieron dar explicaciones por el Decreto -del primer adelanto- de los $50 millones.
Respecto a eso, el empresario Néstor Bosetti -hoy Ministro de Infraestructura- usó la radio que él mismo fundó -pero que decidió vender para dedicar su vida a servir al pueblo riojano- e intentó darle una especie de claridad a las masas, sobre algo que está más que claro.
El Ministro se dijo a sí mismo: “salgo al aire, vendo un poco de humo y listo. Todo queda aclarado”. Luego, con mucha pedagogía explicó: “Estos fondos vienen de Nación una única vez y para un fin específico (…) No se pueden destinar para otra cosa (…) O uno los ocupa y hace el Superdomo o a la plata hay que devolverla. No hay otra alternativa”.
¿Qué tal? Es como que un padre vea que su hijo no tiene zapatillas. Lo ve descalzo en pleno invierno, y le dice: “Tomá 200 pesos hijo. Comprate unos lentes de sol flúor para que hagas facha en la escuela. Pero no podes comprar algo que verdaderamente necesites. O te comprás los lentes chetos, o me devolves la plata. No hay otra alternativa”.
Causa gracia leerlo: O es muy ingenuo, o piensa que la gente es estúpida. Aunque ese rótulo no le causa gracia a nadie.
La falta de respeto del gobierno con estas decisiones unilaterales, sin debate ni consulta, son permanentes. Lo mismo sucedió con la megaminería en Famatina. Primero firmaron el convenio y luego quisieron convencer a la población.
Primero “manosean” y después piden permiso.
No permiten el debate de ideas.
La Cámara de Diputados oficia como una escribanía. En 2012, 95 de cada 100 pedidos de informes, no fueron respondidos por el Ejecutivo. No sólo el pueblo no tiene acceso a la información, sino ni los mismos diputados. No hay transparencia en la administración de la cosa pública. Todo se hace a escondidas y en el máximo de los secretos. Cuando algo trasciende, se intenta tapar y si no, convencer por las buenas o por las malas.
La forma en la que pretenden llevar a cabo la construcción de una obra multimillonaria -que hoy no está primera en el orden de prioridades de la sociedad- a través de ONGs sin control; sin compulsa de precios, sin licitación, sin aprobación de la Cámara de Diputados, es ilegal y pasible de juicio político.
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