Así lo informó el abogado de las tres víctimas, Rolando Landolfi, quien relató que al aceptar declarar ante los jueces el acusado, Julio César Leguizamón, “pidió perdón a las víctimas y se hizo cargo de los ataques sexuales”
El hombre llegó a juicio acusado de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo de parentesco, abuso sexual con acceso carnal contra una estudiante de periodismo y contra otra joven que regresaba de su trabajo y robo agravado por uso de arma”.
“Pido perdón a las víctimas, a mi hija y a mi mujer. Yo me hago cargo de todo los hechos que se me acusan”, expresó ante los jueces a cargo del debate, Carlos Torti, Rodolfo Castañares y Pedro Rodríguez.
El abogado de las chicas aseguró que la jornada de debate fue muy traumática para las chicas y para todos los que escucharon sus testimonios.
“No se puede creer lo crudo de cada relato. El más fuerte fue el de la mujer del acusado, quien dijo ante el tribunal que tenía que dormir atada a las pies de su hija para que él no pudiera atacarla”, recordó.
También declararon peritos y especialistas que asisten a la hija del acusado y a la beba que tuvo producto de la violación, uno de los cuales aseguró que la víctima “no puede llamar a su hija como tal, ya que la trata como una hermana”.
Las pruebas más contundentes reunidas contra el detenido, además de los reconocimientos, son estudios de ADN que indican que material genético hallado en el cuerpo de las víctimas coinciden con el suyo.
Una de las víctimas es una chica de 18 años que denunció que el 26 de agosto de 2012 regresaba a su casa desde su trabajo y fue sorprendida por un hombre que la amenazó de muerte y la violó en un descampado de la localidad de Mariano Acosta.
El otro caso es el de una estudiante de periodismo de 19 años, que el 30 de diciembre de 2012 fue abusada cuando volvía a la casa de su novio tras ir a un recital con amigas.
El acusado fue apresado el 6 de marzo del año pasado, cuando la última de las chicas abusadas se lo encontró de casualidad en el colectivo y llamó a la policía para pedir que lo detuvieran.
Los policías inmediatamente salieron en su búsqueda y lograron apresarlo en el barrio Agustín Ferrari, también de Merlo.