Redacción de RiojaLibre
A decir verdad -cuando resta solo una noche- vale reconocer que la Organización del Festival dio un gran salto con respecto a los años anteriores. Hasta que se abrieron las puertas del Autódromo reinaba el pesimismo; seguramente, en los próximos años habrá que revisar la venta de entradas anticipadas para que no se repita el caos del viernes por la mañana. Pero, una vez iniciada la Chaya, todo cambió: una organización eficiente que resaltan la capacidad de Aparicio en este cargo.
Sin embargo, existen algunos detalles para poner la lupa. El más importante obedece al Vino que se vende dentro del Autódromo: El Costeño. No tenés opción (salvo pasarte a la Cervez), si querés vino no te queda otra que probar este sospechoso vino. Y la verdad, que luego de probarlo, resulta increíble que en una Provincia donde reinan los buenos vinos, se venda semejante PORQUERÍA.
‘El Costeño’ es realmente feo: ni siquiera el ambiente, la harina y la alegría de estar en el Festival Mayor, disimula el pésimo gusto del vino. Los comentarios no se hicieron esperar: «esto es vinagre, no es vino, ‘dame una cerveza'», «No podés vender esto chango, es un insulto al vino», «Dejate de joder, dame vino en serio», eran algunas de las frases con las que los consumidores se descargaban en las Barras.
Si tenías el valor de aguantar el mal sabor con tal de no huir a la tradición de tomar vino en la Chaya, debías soportar las cargadas de algunos conocidos: «No podés estar tomando eso HDP, te vas a cagar muriendo». «Tan locos estos changos, no pueden vender eso, nos hacen quedar para el orto», remataban.
En esa última frase es donde recae el más grave de los pecados: miles de turistas van a la Chaya para conocer La Rioja. Nosotros le damos ‘El Costeño’ para que tomen; se pusieron a pensar -los organizadores- la imagen que damos al País del ‘vino riojano’. Es inadmisible: duele que un cordobés, salteño, correntino o tucumano se vaya de nuestra Provincia habiendo probado el peor vino de su vida.
Pero todo tiene su explicación: El Costeño es de la Bodega de Aminga. Dicha Bodega es del ex político Raúl Chacón y -hace unos años- se convirtió en SAPEM: hasta hace unos meses, Chacón poseía el 1% de las acciones y el Estado el 99%. Luego de las ‘privatizaciones encubiertas’ de las SAPEM, no se sabe a ciencia cierta cómo quedó la repartición accionaria.
Evidentemente, vender ‘El Costeño’ es un FAVOR a Raúl Chacón. Por negociados entre dirigentes políticos, los riojanos quedamos pésimo ante el resto del país. Una vez más, la política ensucia una fiesta de TODOS los riojanos.