El perro no entró al cubículo junto con su propietaria, que lo llevaba atado con la correa. Es que al ver a su otro dueño, quien transportaba un maple de huevos entero, el can se volvió con la correa tirando desde donde estaba la señora, aún en el ascensor.
Pero, cuando el hombre y el perro iban a entrar al elevador, este cerró sus puertas. Al irse el ascensor, se lleva consigo al bulldog, dejando al animal colgando.
Su dueño, en un intento por salvarlo, tira de la correa pero se le escapa, al tener una mano ocupada con una bandeja de huevos. Afortunadamente el collar se abre y el perro quedó en libertad, salvando la vida por los pelos.
Fue una desgracia con suerte, aunque no tanto para el maple de huevo que de los 30 que tenía, sólo le quedaron 8.