Una máquina tiraba humo dentro de la carpa y el padre DJZeton se calzó los auriculares y comenzó a bailar detrás de las bandejas. El cura, el creador de la “cristodance”, cantaba junto a cientos de chicos.
El cura DJ se llama José Antonio Da Silva Coelho, nació en Río, vive en San Pablo, tiene 42 años, 13 de sacerdote, y es el responsable de la pastoral más curiosa de la Iglesia Católica: la de la Evangelización Nocturna. Un grupo que busca evangelizar por medio de la música y la oración, según explicaba ayer a Clarín el padre DJZeton antes de hacer saltar a los peregrinos en la Quinta de Boa Vista, el parque del norte de Río de Janeiro. El domingo tocará en el escenario principal de Copacabana, después de la misa del papa Bergoglio.
La pastoral nocturna –PEN, por sus siglas en portugués– tiene 70 djs y más de 400 personas que, en Brasil, organizan fiestas de hasta 150 mil fieles los fines de semana. Entre los “pinchadiscos” hay un colombiano y un mexicano que convocan “fiestas santas” en sus países. Ayer la música era un imán imposible de evitar en la Quinta de Boa Vista, un espacio verde de lomas, lagos y un zoológico.
Hasta allí llegó ayer también el Papa. A las 10 de la mañana confesó a cinco chicos. Tres brasileños, una italiana y una venezolana elegidos al azar entre 300 mil peregrinos. Todavía estaba emocionada Estefani Lescano, estudiante, 21 años, y que supo en mayo que ayer le diría sus pecados a Francisco.
“Tenía mucha ansiedad, contaba los días, las horas, los segundos. Y al verlo lloré, pensé que iba a llorar más, me quedé como en estado de ‘shock’ y después me puse a llorar. El Papa se quedó mirándome, fue cariñoso, lo abracé, tenía que abrazarlo”, dijo y riéndose aclaraba: “Me dijo que los venezolanos no tienen pecados”.
Horas después los peregrinos en el parque bailaban al ritmo de la música del padre DJZeton. El hit que sonaba era “No crack”, que está en el CD “Balada Santa”, que la pastoral –creada en 2011– grabó hace dos meses y que ya lleva vendidos 15 mil copias.
La pastoral –según el padre DJZeton– tiene como objetivo evangelizar a la juventud que tiene problemas con “las drogas, la marginalización y la prostitución”.
Para el religioso, hay “mucha irresponsabilidad sexual, los chicos se prostituyen entre ellos por divertimento”.
Las fiestas santas tienen como objetivo trasmitir el modo de vida que propone la Iglesia Católica. Aunque los bailes pueden durar hasta 24 horas con la presencia de distintos DJs, no hay alcohol ni drogas. La música pegadiza, los bailarines que animan para que se imiten los pasos y los “cócteles santos” de jugos y caramelos “alcanza para pasarla bien y acercarse a Jesús”, explicó el padre DJZeton.
En la pista y a los saltos estaba Emanuel Chipana, de 25 años y envuelto en una bandera de Perú. “La fuerza y la energía te van llevando, la pasás bien y te hace bien al espíritu, te da alegría, te acerca a Jesús”, decía.
Ayer no fue la primera fiesta de este tipo en la Jornada Mundial de la Juventud. El miércoles bailaron miles de chicos con la música formados “en espiritualidad y música”, según explicó el padre DJ. Ayer hicieron lo mismo otros tantos, hasta que llegó la hora de ir hacia Copacabana al Vía Crucis que encabezaría Jorge Bergoglio.