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Entre enero y octubre los argentinos consumieron un promedio de 51,7 kilos per cápita, en el mismo periodo de 2018 fueron 57,5 kilos.
Es el peor registro de consumo interno desde al menos 2002. Ese año, el consumo por habitante promediaba los 58 kilos anuales. En 2011, año en el que se empezó a relevar, el peor indicador de la serie, la ingesta de carne vacuna promediaba 54,1 kilos por habitante.
La caída del consumo interno se da en un contexto de retracción del poder adquisitivo y a pesar de que los sustitutos de la carne roja, el pollo y el cerdo, aumentaron más de precio. Según Ciccra, los cortes vacunos aumentaron entre diciembre y octubre 41,3%, mientras que el pollo subió 48,1% y el cerdo, 52,6%.
Fuente: www.tn.com

