“¡Vos y tus negocios!”, dijo sonriente Javier Milei, mirando a su padre, Norberto “Beto” Milei, sentado en la primera fila del Luna Park. Fue durante la presentación de su último libro, el 22 de mayo. Ferviente admirador de Adam Smith, prócer del liberalismo, y detractor de la intervención estatal en la economía, el Presidente pregona acotar impuestos y subsidios. Pero su historia familiar registra un capítulo desconocido, que incluye ayudas estatales a las empresas de transporte en las que su padre, Norberto Milei, era accionista y presidió entre 2003 y 2007. El Presidente y su hermana Karina cosecharon beneficios de esos bienes, como un auto y una casa que adquirieron con dinero de su padre.