La aguda recesión está provocando la caída acelerada de firmas. El 99 por ciento son pymes. El proceso es más intenso al ocurrido en el gobierno de Macri.
Entre noviembre de 2023 y marzo de 2024 , la cantidad de empresas registradas que operan en el país disminuyó en 3559 casos. Los datos surgen de la última información publicada por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), dependiente de la Secretaría de Trabajo de la Nación, referida a la Seguridad Social con datos actualizados al mes de marzo. Al comparar la cantidad de empleadores que declararon trabajadores en el período mencionado, se redujo de 512.357 a 508.798 casos. Luego de aumentar levemente entre noviembre y diciembre, la tendencia es de clara caída en los primeros meses de Gobierno de Javier Milei.
Las empresas pyme fueron las más perjudicadas de modo que tienen poco que festejar en su día. De acuerdo al informe del Cepa, explicaron el 99 por ciento de los casos de cierre de empresas, es decir 3523 compañías, en tanto que las empresas con más de 500 empleados aportaron 36 registros.
Las cámaras empresarias pymes vienen cuestionando públicamente al Gobierno desde hace meses y advirtiendo sobre el cierre de empresas. Entre sus críticas mencionan: la desregulación de la competencia con importaciones de productos extranjeros –que se incrementará con la sanción del RIGI-, la contracción de las ventas en el mercado interno debido al deterioro de los ingresos y la falta de atención desde la política pública. En reiteradas ocasiones solicitaron reunirse con funcionarios del Gobierno pero no fueron atendidos.
«No hay ninguna señal de la actual política que me permita alentar la esperanza de que vamos a salir rápido de la recesión», señaló Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), en marzo pasado al presentar el tercer informe del Observatorio IPA. «Como se vende menos, producimos menos. Postergamos las inversiones para atender antes las urgencias. Pero cuando se prolonga la caída de ventas eso no alcanza, se empiezan a reducir las horas extras o se suspende personal. Nadie quiere hacerlo, pero estamos llegando a la necesidad de despedir».
En términos de pérdidas de puestos de trabajo, el informe del Cepa muestra que la cantidad de trabajadores y trabajadoras registradas disminuyó en más de 136.000 personas, al pasar de 9.857.173 en noviembre de 2023 a 9.721.013 en marzo de 2024. En términos porcentuales la pérdida de puestos de trabajo regitrados fue de 1,38 por ciento en el período. También la tendencia fue levemente ascendente entre noviembre y diciembre, para caer después y especialmente con más fuerza a partir de febrero.
En este caso las que más aportaron al universo de desempleados fueron las empresas de mayor porte, dando cuenta del 83 por ciento de los casos, es decir una pérdida de 112.529 personas, mientras que las pymes explicaron el 17 por ciento del total y despidieron a 23.529 trabajadores y trabajadoras, según el informe del Cepa. Estas estadísticas no contemplan los casos de suspensiones que se tornaron habituales en varias industrias afectadas por la caída del consumo interno, como es el caso de Acindar, una gran empresa del sector siderúrgico. O los esquemas implementados en el sector automotriz que continuan más allá de marzo.
La recesión interna que marcó una caída del PBI de 5,1 por ciento en el primer trimestre del año, según informó Indec a comienzos de esta semana, no da lugar a dudas sobre la crítica situación que enfrenta el universo empresario pyme con este modelo de gestión. Mientras que las grandes empresas –al menos las que no están vinculadas con la obra pública- reciben beneficios directamente orientados, como es el caso de la desregulación del sistema privado de salud, por ejemplo, o del RIGI que favorece a grandes inversores en sectores intensivos recursos naturales, o los beneficios tributarios que todavía reciben los grupos concentrados que operan en Tierra del Fuego. La libertad de mercado favorece a la concentración del capital y al cierre de pequeñas empresas.