Redacción de RiojaLibre
La situación que se está viviendo en el Municipio Capital, es cada día peor. El hostigamiento y la persecución a sus trabajadores, torna insoportable el ambiente laboral. Un claro ejemplo de ello, es lo que viene sucediendo en el CEPAR Oeste.
La subsecretaria que está a cargo, Patricia Rippa, se ha encargado de perseguir y hostigar a los empleados que no le caen en gracia, o han osado contradecirla en algunas de sus autoritarias y caprichosas órdenes.
En medio de la fase 1 de la Pandemia de COVID 19, obligó a varios trabajadores PEM a continuar prestando servicios y trabajando normalmente; sin importar que tuvieran síntomas y contagiaran a sus compañeros, y que estos contagiaran a su vez a sus familiares.
Continuó luego, con las reasignaciones arbitrarias de tareas, cargando de trabajo a quienes no tiene en consideración, y aliviando de tareas a sus allegados y obsecuentes. Esto ha generado bastante malestar entre los trabajadores del CEPAR, muchos de los cuáles han comenzado desde hace tiempo a solicitar el pase a otras áreas municipales “donde se nos respete y valore por lo que hacemos, no por el puterío que llevamos o traemos”
Un claro beneficiado de tales situaciones, es el secuaz, secretario, y agente Leonardo Ortiz, que le informa de todo lo que dicen por la bajo los empleados que tiene miedo de expresarse. Lo peor de esto, es que Leonardo tiene antecedentes de utilizar su posición de poder para beneficio personal.