Redacción de RiojaLibre
A diferencia de los límites a las reelecciones que fijan las constituciones y casi todas las cartas orgánicas partidarias para los cargos políticos, los estatutos gremiales no contemplan ningún tope a las reelecciones indefinidas. Quienes llevan décadas al frente de varios de los principales gremios justifican su permanencia en su propio liderazgo y en que la ley se los permite.
Muchos se eligen (o eligieron durante muchos años) por Asamblea, y otros por elecciones, que siempre están teñidas de denuncias de proscripción y fraude. Impunemente, los eternos gremialistas aducen que la gestión es lo que lleva a los afiliados a convalidarlos en el poder, por encima de otras cuestiones como la democratización sindical que reclaman algunos sectores.
El aparato que controlan después de tantos años ayuda a los caciques gremiales a atornillarse en el poder y dificulta la renovación, más allá de que la formalidad de los estatutos la permita.
Lo cierto es que en nuestra Provincia hace 30 años que vemos a la mismas caras al frente de la defensa de los derechos de los trabajadores. Pasaron una lista de Gobernadores (Bernabé Arnaudo, Angel Maza, Luis Beder Herrera, Sergio Casas y seguramente pasará Ricardo Quintela), pero ellos siguen enquistados en el poder.
Quizás los casos más paradigmáticos sean los de Rogelio De Leonardi en AMP, Rolando Aguero en APROSLAR y Carlos Laciar en SITRAPP, pero la lista puede extenderse hasta superar la decena de gremialistas eternos en La Rioja.
Siempre con las mismas recetas y los mismos artilugios. Lo curioso es que la mayoría de los trabajadores representados (ya sean docentes, médicos, estatales) expresan en las redes su disconformidad con la conducción; pero luego llegan las elecciones, los eternos gremialistas utilizan sus armas y herramientas, para continuar en el cargo.
Leyes y financiamiento
Ante la pregunta de por qué los sindicalistas duran en sus cargos más que los políticos, vale repasar tres aspectos funfamentales.
Legislación laboral. La ley de asociaciones profesionales habla de democracia interna pero no limita mandatos.
Manejo económico. Los gremios administran fondos millonarios de las obras sociales.
Protección global. La OIT no se inmiscuye en legislaciones nacionales, y esa posición es interpretada como un aval a la perpetuación de los dirigentes en el poder.