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Tras un encuentro privado de pocos minutos con la mandataria en el interior de la aeroestación aérea, el papa abordó un automóvil cerrado color gris plata que lo trasladó, en un primer momento, hasta la catedral de Río.
En el camino, miles de curiosos se acercaron para saludar al Sumo Pontífice que se mostró Alegre, distendido y risueño.
Luego abordó un «papamóvil» descubierto donde hará un recorrido de 10 cuadras por las calles céntricas de Río, para tomar el primer contacto con los miles de jóvenes que lo aguardan.
El Sumo Pontífice estará en ese país hasta el próximo domingo en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, que congregará a 2 millones de jóvenes de todo el mundo.
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