Según el SNIC, durante el año pasado se registraron 1.729 robos en la provincia, lo que representa una disminución del 6.3% en comparación con el 2022. Esta reducción es significativa, especialmente en un contexto donde la tendencia nacional muestra un aumento del 14% en la tasa de robos por cada 100 mil habitantes. Este contraste destaca el trabajo en seguridad realizado en La Rioja, que ha logrado mantener una tendencia a la baja en este tipo de delitos.
En términos de valores absolutos, La Rioja se posiciona como la provincia con menor cantidad de hechos delictivos en el NOA. Para poner en perspectiva, otras provincias de la región presentan cifras considerablemente más altas: Tucumán lidera con 21.459 robos, seguida por Salta con 20.718, Santiago del Estero con 10.697, y Jujuy con 4.616. Catamarca, que es la segunda provincia con menos robos en la región, registró 3.299, casi el doble de los casos reportados en La Rioja.
El análisis comparativo entre 2022 y 2023 refuerza esta tendencia. Mientras que provincias como Salta y Santiago del Estero han experimentado un aumento en su tasa de robos por cada 100 mil habitantes, La Rioja ha logrado reducirla, pasando de 448 a 423. En contraste, Salta aumentó de 1302 a 1403, y Santiago del Estero de 798 a 1061.
Este escenario convierte a La Rioja en un ejemplo de gestión eficaz en seguridad, en una época donde la mayoría de las jurisdicciones del país enfrentan un aumento en la criminalidad. Las cifras presentadas por el SNIC no solo reflejan un descenso en los robos, sino también la consolidación de una política pública orientada a la prevención del delito y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.
En un contexto nacional complejo, donde la violencia y los delitos son fenómenos multicausales vinculados a la marginación, exclusión social y otras problemáticas, La Rioja emerge como una provincia que ha sabido responder con eficiencia a los desafíos de la seguridad, brindando un entorno más seguro para sus habitantes. Este logro, que contrasta con las cifras nacionales, marca un camino a seguir en el resto del país, consolidando a La Rioja como una de las provincias más seguras de Argentina.