En ese marco, dijo que “este es un viejo proceso que no comenzó ahora con la convención radical que autorizó a ir a internas y el que perdía se encolumnaba. Este es un proceso que lleva años, el radicalismo viene perdiendo su eje, que no es la primera vez, con su eje me refiero al 83’ a la fecha fue virado hacia la sociedad en democracia, situaciones progresistas de la mano de Alfonsín para este lado. Creo que el eje este se perdió el protagonismo de disputar los sectores sociales progresistas por una falta de conducción, por una comodidad, pero también porque hay coincidencias desde algún sector profundo del radicalismo en el que la situación democrática y la izquierda son palabras alejadas del vocabulario del radicalismo”.
“No me parece que haya sido nada intempestivo. En la Historia, el radicalismo ha tenido posturas extremas desde los años 70’ de ir a elecciones con un peronismo proscripto provocó que se separe el radicalismo y se forme la UCRI. Es decir que este sentimiento radical que lo tienen todos los partidos, para unos van un poquito a la izquierda, otros a la derecha, el peronismo también lo tiene”.
“El tema es que la República necesita un gesto y por lo tanto hay que unirse. Ese discurso vacío de contenido que hay que “unirse contra de” es como juntar un ejército para una pelea final, en vez de que sea una batalla de ideas democráticas y electoral, se venía trabajando con discursos impuestos por los medio hegemonicos que venían marcando las pautas de este nuevo neoantiperonismo que no es un neoantikirchnerismo o anticristinista donde nosotros arriamos la bandera de la soberanía nacional, la independencia económica que hoy ha logrado el Gobierno y nosotros, no sé por qué, no coincidir con grandes trazos, disentir con muchas cosas no hubiesen causado ninguna vergüenza ni ninguna afrenta al ideario de Irigoyen o de Alfonsín”.
“Entonces nos dejamos confundir por esto y fomentamos con los titulares de los diarios importantes esta versión “anti” de nuevo para caer en el liberalismo de los 90’ de nuevo, con estas nuevas versiones que son el macrismo, que yo les doy la bienvenida. El macrismo es una versión de cierta parte del liberalismo o una derecha democrática que era necesario en la Argentina, pero el riesgo está en que este macrismo, que uno dice “no, no tiene idea”, sí tiene ideas, y son muy claras las ideas que tiene, viene con el propósito de suplantar al radicalismo en representar a las clases medias”.
“Entonces, ese entusiasmo de mucha gente por Macri, con todo respeto por el PRO, no sabe ni siquiera qué es el PRO, no sabe su historia, cual es su ideario, que cuando le parece bien, dice que la Asignación Universal por Hijo está bien, cuando sus economistas hablan dicen que hay que hacer un ajuste, que el producto bruto interno no tiene que superar el 2% en materia educativa; entonces hay cierta falta de contención del radicalismo que abandonó su posición histórica”.
“Esta es la primera vez que desde la conducción del radicalismo se decide tirar a la derecha, hay gente que se siente bien y que puede pensarlo y es legitimo llevar al colectivo histórico de la UCR el viraje a la derecha. Eso es lo que habrá que rediscutir”.
En cuanto a la postura de todo el radicalismo y a la ideología que dejaron conductores como Irigoyen y Alfonsín, Mercado Luna refirió que “esa manía que tenemos históricamente de decir de nuestros seres fallecidos, y los hacemos hablar a veces, los hacemos caminar, cantan al lado nuestro y lo peor, los hacemos hablar y nos equivocamos. Yo veía un reportaje en el que decían “seguramente estaría al lado nuestro apoyando la convención radical” cuando se decidió que si perdía, se iba con Macri, y no recuerdan las posturas de ellos”.
Respecto a la ideología de Alfonsín y cual hubiese sido su postura ante esta alianza con Macri, dijo que el ex presidente en una oportunidad expresó que “si el radicalismo para ganar una elección tiene que irse a la derecha, preparémonos para perder”, por lo que Mercado Luna resaltó que “la derecha cree en el libre cambio, en el libre cambiemos, en un ajuste para la educación pública, para la salud pública, que son formas de ver el Estado”.
“Me parece que hay una falta de ubicación ideológica por temor a estar pegados a un peronismo que nunca antes fue progresista porque venimos de un peronismo de Carlos Menem y nos ocupa el lugar que nosotros creíamos que estábamos destinados a ocupar en la sociedad en democracia de los jóvenes radicales, lo ocupa Néstor Kirchner y después Cristina, nos hemos sentido desorientados y nos hemos tentado a hacer un “anti” para diferenciarnos de ellos sin importarnos de abandonar lo que nosotros decíamos que era el campo popular nuestro”.
“La década del 90’ tiene mucho que ver con eso, porque el peronismo no es el mismo de antes tampoco. El peronismo ahora ha sufrido esta semilla ideológica tan fuerte que ha puesto el kirchnerismo que va a discutir ideológicamente en un partido que tradicionalmente es un partido de poder más pragmático, pero esta vez le pusieron una semilla ideológicamente”.
“Ya empezó el debate en el radicalismo. No trasciende porque hay un proceso electoral y el proceso electoral es el motivo que desencadena el debate subyacente dentro del radicalismo. Entonces se está esperando ese punto final que es la elección”.
“Ha llegado el momento que se quiebre el radicalismo como en el 60’. Habrá llegado el momento de plantear que no podemos convivir dos posturas ideológicas contrarias, antagónicas. El radicalismo nunca fue movimentista, es un partido, por eso somos correligionarios, una sola religión”.
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