*Por Juan Parrilla (El Federal)
La dirección de Bromatología del municipio de La Rioja realizó una inspección al Frigorífico Oroná (ex Ítalo Argentino), ubicado en Facundo Quiroga y Matatín de la Fuente, donde decomisó más de 200 kilos de carne podrida. EL FEDERAL confirmó a través de registros públicos que la carnicería está a nombre de una sociedad anónima que emitió casi 250 cheques sin fondos a mediados de 2015, que ese año entró en concurso de acreedores y que tiene una deuda millonaria.
La empresa se llama Frigorifico Orona SA. Fue constituida el 9 de diciembre de 2004 con los aportes de Marcelo Alejandro Orona y Gabriel Pablo Orona, presidente y vicepresidente, de 50 y 51 años, respectivamente. Se repartieron el 50% de las acciones cada uno y hasta el día de hoy serían sus propietarios. El directorio lo completa Juan Carlos Nieto. Todos tiene sux domiciliox en Córdoba, donde la compañía tiene tres carnicerías. La sede central está en Bouwer.

Entre julio y agosto de 2015, Frigorifico Orona SA emitió 243 cheques por más de 7,4 millones de pesos que fueron rechazados. En agosto de ese año, el Juzgado de 1ª instancia y 7ª Nominación en lo Civil y Comercial de la ciudad de Córdoba declaró abierto su concurso preventivo de la empresa.
En ese marco, la sociedad figura en los registros bancarios como un deudor riesgoso, ya que arrastra casi 1,5 millones de pesos en deudas impagas con los bancos ICBC, Santander e Industrial, y con YPF. Tiene también deudas por aportes patronales de sus 45 empleados y Swiss Medical le rescindió por falta de pago su último contrato de ART.
Una curiosidad. Su página web asegura que sólo vende productos “premium”. “Junto a nuestra controlada producción y faena propia, nuestros productos son envasados al vacío en el momento, lo que garantiza la excelente conservación de la frescura, aroma y jugos de nuestros productos”, indica.

Muy lejos de esa apreciación, las autoridades municipales sospechan que lavaban la carne podrida con lavandina y que hervían las achuras para disimular el mal olor. También creen que iban a vender la carne para ser usada como alimento para cerdo. Sin embargo, el Municipio decomisó la mercadería, pero no clausuró el local. Por ahora, seguirá abierto al público.
