No sabemos si esas críticas habrán tenido algo que ver pero lo cierto es que Lovato se ha prestado a una sesión de fotos con Vanity Fair con tres premisas: nada de maquillaje, nada de ropa y nada de retoques. “¿Qué hay de malo en sentirte segura de ti misma”, se pregunta. Evidentemente, nada, y menos cuando su cuerpo es tan espectacular como el suyo.
La cantante sigue dispuesta a demostrar que la imagen no lo es todo y que se pueden tener curvas sin que influya en tu talento, “me siento bien siendo real. Me siento liberada siendo libre. Nunca he tenido un álbum que represente mejor lo que soy”, afirma.
Cuando le propusieron hacer las fotos lo tuvo claro. Cuando se reunió con el fotógrafo, Patrick Ecclesine, le dijo, “¿Y si hacemos una sesión de fotos donde esté totalmente desnuda? Super sexy pero sin maquillaje, sin iluminación de lujo, sin retoque y sin ropa. Vamos a hacerlo aquí y vamos a hacerlo ahora”. Y así es como nació esta sesión en un baño de un hotel de Manhattan en Nueva York.