Redacción de RiojaLibre
Dicen que ‘el sentido común suele ser el menos común de los sentidos’, y eso es lo que está sucediendo en el Departamento Facundo Quiroga, que bajo el mando de Mauro Luján, lamentablemente, nos tiene acostumbrados a manejos autoritarios cuasi dictatoriales del Municipio.
Tras varios intentos, en vano, con las autoridades municipales del Departamento Facundo Quiroga, Mirta le escribió una carta al Gobernador Ricardo Quintela, poniendo de manifiesto la falta de respuestas que recibió por parte del Intendente Mauro Luján:
Al Sr. Gobernador
Don Ricardo QuintelaSr Gobernador me llamo Mirta Susana Paredes, en medio del dolor que solo entienden quienes pasan por mi situación y la de mi familia, me veo obligada a apelar a su sentido común, altruismo y humanidad, para pedirle que interceda para que se respeten mis derechos constitucionales y se me permita llegar a mi casa paterna para acompañar a mi padre, quien padece un enfermedad terminal (cáncer de colon). Este pedido es lo último que hubiera querido hacer, pero en virtud de la insensibilidad de quien o quienes tienen la responsabilidad dirigir el Dpto. Facundo Quiroga actúan desde una racionalidad desprovista de humanidad, negándome el derecho que tengo como hija de acompañar a mi padre en sus últimos días.
Yo vivo en Olta y he solicitando desde hace semanas que me permitan entrar al Dpto. Facundo Quiroga, para llegar hasta la casa donde viven mis padres, quienes están aislados preventivamente, en el puesto el Bajo, a 7 km de El Portezuelo, aun habiendo expresado que estoy dispuesta a cumplir con el aislamiento, en ese mismo lugar donde solo viven mis padres. Solo pido que me dejen llegar a verlo, si es necesario que me escolte la policía para que estén seguros de que al ingresar al Dpto. me dirigiré directamente a mi casa paterna. No esta en mi la intensión de poner en riesgo a ningún vecino del departamento y entiendo que se puede establecer un protocolo para que mi padre y yo podamos encontrarnos.
Una norma y su cumplimiento pueden ser racionales sin ser razonables. Las leyes pueden reglamentar derechos y garantías, pero no deben cercenar valores humanos fundamentales siempre ligados a la dignidad humana. Sin embargo, las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia parecieran ser más fuertes que el humanismo y la compasión.
Atendiendo a la dignidad de las personas es necesario un análisis minucioso y humano de cada caso en particular en toda su dimensión, preservar sus derechos y no quedar atados a lo estrictamente normativo. La dignidad es un valor supremo, que no puede, ni debe ser incompatible con la aplicación de las normas. Entendiendo que quienes toman las decisiones deben hacerlo de razonabilidad previendo la conservación y protección de los pacientes y sus afectos como principio de humanidad.
Prácticamente he rogado por mis derechos pero quien tiene el poder para decidir parece no entender razones o no saber cómo manejar la situación, es por ello que como último recurso apelo a Ud. Sr. Gobernador. Espero que mi pedido le llegue al corazón, las persona comunes, no tenemos otra opción que confiar nuestro destino en quienes hemos elegido para gobernar, apelando a que tomen decisiones responsables pero también con un sentido de humanidad.Con todo respeto y consideración Mirta Paredes