Se terminó la prohibición y el uso «clandestino». Desde hoy, la utilización de teléfonos celulares, tablets, notebooks y computadoras personales está permitida dentro de las aulas de los colegios primarios y secundarios, públicos o privados, de la provincia de Buenos Aires.
Así lo decidió la Dirección General de Cultura y Educación al levantar la prohibición que pesaba sobre estos dispositivos tecnológicos y anticipó que se generará una plataforma online de contenidos educativos para niños y docentes.
«Traé tu propio dispositivo al aula», se llama la iniciativa oficial por medio de la cual la cartera educativa que conduce Alejandro Finocchiaro procura saltar de la escuela del siglo XIX a la del siglo XXI.
Pero para que ese paso pueda darse la provincia deberá ampliar la conectividad en las escuelas. Hoy apenas el 25% de las 14.683 escuelas de esta jurisdicción tiene algún espacio con conectividad. Las autoridades se comprometieron a llegar al 100% en 2018.
Cada colegio tendrá la libertad de decidir cómo usar la tecnología y qué actividades desarrollarán los alumnos para interactuar con sus dispositivos.
El anuncio de Finocchiaro suscitó polémicas entre los intendentes de los municipios bonaerenses más pobres. «Si no nos dan los dispositivos y la conectividad, sólo va a generar más desigualdad», afirmó a LA NACION Julio Pereyra, intendente de Florencio Varela.
Según un reciente estudio de Unicef, el 90% de los niños de nuestro país tiene acceso a algún tipo de dispositivo. La mitad de estos niños está conectada la mayor parte del día. Según el informe, denominado Kids online, seis de cada 10 niños se comunican utilizando un teléfono celular y ocho de cada 10 niños usan Internet.
Aunque en la provincia unos 2.800.000 alumnos accedieron a las netbooks del plan Conectar Igualdad implementado por el gobierno kirchnerista, no todas esas computadoras están hoy en las aulas. Algunas se rompieron y no fueron reparadas, otras se las llevaron los estudiantes que egresaron de la escuela secundaria con todas las materias aprobadas, como lo estipulaba el programa de incentivo, y este año no se entregaron más dispositivos.
El Estado provincial tampoco prevé dotar de netbooks a los alumnos que aún no dispongan de esos aparatos. Por el contrario instarán a que los chicos que sí los tienen los compartan con sus compañeros de aula. Aunque las autoridades bonaerenses están persuadidas de que el acceso a la tecnología será parte de un cambio de paradigma pedagógico en el aula.
Por ese motivo derogó la resolución 1728 que había sido dictada, en 2006, por el entonces gobernador Felipe Solá. Y la reemplazó por una nueva en la que habilita a alumnos y a docentes a usar teléfonos y otros equipos «como recurso pedagógico didáctico». Finocchiaro aclaró que, a partir de hoy, serán los equipos pedagógicos de cada escuela los que decidirán de qué manera se usan los celulares y los demás equipos en el aula.
Para justificar la anulación de la prohibición, el gobierno provincial citó como modelos por seguir los que se aplican en otros países como Estados Unidos o Nueva Zelanda. En cambio, no hizo ninguna mención a la decisión de Finlandia de desactivar el programa 1+1 (un alumno, una computadora) porque la experiencia mostró que las pantallas generaban más problemas que soluciones dentro del aula. En cada aula, en Finlandia, hay 12 alumnos y un maestro. En esta provincia hay hasta 30 niños por claustro, según lo permite la ley. Incluso hay establecimientos que tienen 40 niños por aula, con la supervisión de un auxiliar.
A diferencia del intendente de Florencio Varela que rechazó la iniciativa por considerar que generará mayores desigualdades entre los niños y los adolescentes, ayer el jefe comunal de Vicente López, Jorge Macri, aplaudió el anuncio de Finocchiaro.
«En Vicente López apostamos al uso de la tecnología como recurso pedagógico didáctico para enriquecer el proceso de aprendizaje y acompañar a nuestros chicos en su desarrollo.También ponemos el foco en nuestros maestros, capacitándolos continuamente para que incluyan las nuevas tecnologías en la enseñanza de los contenidos», añadió.
Aunque suele ser un fuerte crítico de la política educativa de Cambiemos, el secretario general de Suteba, Roberto Baradel, aprobó la llegada de la tecnología a las aulas, pero reclamó más capacitación para los docentes: «Me parece bien poder usar ciertos dispositivos en el aula en cuanto se disponga capacitación de los docentes. Se hizo con las netbooks, que ya no se entregan más. Y este año se suspendió el plan nacional de formación docente», alertó el dirigente sindical.
Además Baradel advirtió sobre el riesgo de que «la tecnología termine siendo un elemento de discriminación en el aula: no todos los nenes tienen el mismo celular o un celular inteligente. El Estado debe intervenir para igualar. En ese sentido, Conectar Igualdad era un buen programa».
La vicedirectora de una escuela de La Plata informó a LA NACION que las autoridades escolares no fueron notificadas de «este cambio de paradigma». La docente, que pidió reserva de identidad, dijo que el nuevo desafío del proyecto pedagógico será incorporar el «buen uso de la tecnología».
Para lograr este objetivo, la provincia prevé potenciar la plataforma ABC, para facilitar el aprendizaje online. En la Argentina ya existen otras experiencias en este sentido: Aula 365 es abierta y le permite a los colegios subir sus contenidos. Santillana Compartir ya alcanza a unas 160 escuelas y es diseñada a la medida de las necesidades de cada establecimiento.