“Sin entrar en detalles jurídicos y procesales, lo que a todas luces causa estupor, impotencia e indignación,es que una familia,asentada hace más de ocho años pacificamente, que ha construido, con esfuerzo propio, una vivienda digna, en un rato sea arrojada a la calle, con niños,un discapacitado y unas pocas pertenencias”, dijo.
“Es una cuestión de humanidad y sentido común”, agregó Brizuela.
“No pueden quedar a la deriva y despojados inclementemente del derecho a la vivienda. Más todavia, cuando la construcción fue hecha por los propios moradores y habitada desde hace años por un grupo familiar numeroso”, según el relato e evidencia receptada en forma directa, por el secretario Brizuela, que se apersonó en el lugar en dos oportunidades, a fin de interiorizarse de la situación y expresar su solidaridad a los afectados.
Finalmente, afirmó Brizuela que “deseamos se concilie en este y en tantos casos más,la frialdad de la justicia y la sensibilidad de la solidaridad, para que desde quién corresponda, se le garantice a la familia desalojada, el derecho a un techo digno,y no se la condene a rodar por la calle como en estos dos últimos días”, concluyó.

