Redacción de Rioja Libre
El Presupuesto que Nación destinó a La Rioja en 2016 (gestionado a fines de 2015) fue de diez mil millones de pesos, con 1.700 millones extracoparticipables. Para que esos fondos sean posibles, Julio Martínez no movió un dedo; fueron -como siempre- el Gobernador y los Diputados justicialistas los encargados de ir a golpear la puerta a los despachos de Firgerio, Peña y Prat Gay (en ese entonces, Ministro de Hacienda).
Ahora bien, al mismo tiempo que La Rioja suplicaba migajas al Gobierno Nacional, el 13 de Diciembre de 2015, Julio Martínez llamó por teléfono a Prat Gay y gestionó 20 millones de dólares (920 millones de pesos) para la campaña en la Antártida, precisamente para el rompehielos Irizar.
Esa cifra representa casi el 10% del presupuesto de nuestra Provincia en todo el año. La anécdota de Prat Gay sirvió para que muchos riojanos comprendiéramos el inmenso poder que tuvo Julio Martínez durante más de un año y medio en el Ministerio de Defensa de la Nación.
Sin embargo, la pregunta que surge naturalmente es por qué NUNCA usó es ‘inmenso poder’ para gestionar fondos para La Rioja. ¿Cuántas obras se podrían haber hecho en la Provincia con 20 millones de dólares? ¿Cuántos aumentos de sueldo se podrían haber dado?
Por diferencia y egos políticos, para que las obras no sean percibidas por los riojanos como ‘hechas por la Provincia’, Mashasha dejó pasar casi dos años en un lugar de extremo privilegio sin mover ni un solo dedo por La Rioja. Así como en 30 segundos consiguió 20 millones de dólares para la campaña en la Antártida; si hubiese querido, Julio Martínez podría haber traído varios miles de millones para obras en La Rioja.
Pero no lo hizo… ¿Por inutilidad o por desidia?