La definición que aparece en los manuales de política de una Coalición nos dice que «las coaliciones pueden formarse antes o después de la celebración de las elecciones. Pueden ir a la convocatoria electoral con sus listas fusionadas, en cuyo caso se lo denomina coalición electoral, o bien pueden ir por separado para luego unirse a la hora de formar gobierno. Cuando miembros de varios partidos pertenecen a dicho gobierno, se habla de gobierno de coalición.»
Tomando esa diferencia conceptual como punto de partida, se puede comprender lo que le pasa hoy al Municipio capitalino: Inés Brizuela y Doria fue elegida Intendenta de la Capital fruto de una coalición electoral, lo que no debe confundirse con una coalición de Gobierno. Juntos por el cambio no es una coalición Gobierno, es una coalición electoral, a la que desde RL rebautizamos hace algunos meses como Juntos por Carambola.
Es que su razón de ser fue ofrecer una oferta electoral para llegar al Palacio Ramírez de Velasco, y cuando se logró el objetivo -entre otras razones por errores ajenos (el peronismo en capital fue dividido en tres listas) – comenzaron los problemas propios de una gestión que tiene que tomar medidas de Gobierno.
La aparición de la Pandemia del Coronavirus -allá por Marzo del 2019- colaboró para que las grietas del Inesismo no se expresaran antes. Pero cuando comenzó el tiempo de ‘jugar políticamente’, aparecieron (como en el tenis) los errores no forzados. Errores que no son producto de las acciones del contrincante, sino de la incapacidad e inefiencia propias.
La primera alarma de la Gestión Inés Brizuela y Doria sonó con el caso del Concejal Fredy Herrera, y su detención por presunta violencia de género. Un Concejal del propio espacio de la primera intendenta mujer de La Rioja, era sospechoso de ejercer violencia de género. Sin que se hubiera pronunciado la Justicia, los Concejales de su propio bloque, el vice intendente, y la intendenta lo juzgaron públicamente.
Tal vez buscando el rédito político de embanderarse con la lucha feminista sin serlo (Inés Brizuela y Duría voto en contra de la Ley de aborto, una de las principales luchas del movimiento feminista) actuaron precipitadamente. Se inició Juicio Político al Concejal Herrera, con declaraciones de todos sus (ex) correligionarios anticipando que Herrera debía ser apartado del Concejo.
El fallo de la Jueza Cabral sobre la inexistencia de delito en el caso de Herrera, no hizo retroceder al radicalismo. No importó que no haya delito para destituir a un Concejal. El Concejal Nazareno Rippa (voz oficial de la intendenta en el Concejo) expresó en sesión que ‘aún sin haber delito, se puede avanzar en el Juicio Político porque son comportamientos que no hacen a la honorabilidad que implica ser Concejal’
La segunda alarma se encendió cuando el Vice intendente Guillermo Galván, tuvo un comportamiento inapropiado y violento con la Concejal Ximena Marenco, quien presentó una denuncia por violencia de género al sentirse amenazada. En un giro pragmático propio de la especulación política, el radicalismo se olvidó de las razones para destituir a Gómez Herrera, y sostuvo al viceintendente.
Arrancó el 2021 y a la hora de definir las autoridades del Concejo, el oficialismo volvió a ‘hacer agua’. La concejala oficialista Luciana De León fue desplazada de la Vicepresidenta primera, cargo que hoy ocupa el Ultra Q Carlos Machicote. Una vez más, las ‘internas’ y errores no forzados del oficialismo volvieron a dejarle servida en bandeja el escenario para la oposición.
La semana pasada se agregaron a esta lista de ‘logros’ en el Concejo, el rechazo al ‘veto’ de la Intendenta, y la designación de un Tribunal de Cuentas -por primera vez en la historia- opositor al Ejecutivo.
Si hacemos un breve repaso del primer año de Gestión de Inés Brizuela y Doria, concluiremos los siguiente:
- Perdió la mayoría en el Concejo: Inés asumió con mayoría propia en el Concejo Deliberante, ya que su triunfo le permitió meter ‘ocho bancas’ más ‘dos concejales amigos’ (Narváez y Marenco); pero hoy no solo perdió un concejal de su propio bloque (Fredy Herrrera) sino que el Viceintendente empujó a los tres ediles con bloque unipersonal (Narváez, Marenco y Herrera) a ‘aliarse’ con el PJ. Ergo, la oposición tiene mayorías.
- Perdió la ‘tranquilidad’ de la línea sucesoria. Apenas asumida, Inés logró imponer a Luciana De León como Vicepresidenta Primera. Hoy, ese lugar lo ocupa el concejal opositor Carlos Machicote. Si por ‘equis’ motivo, la Intendenta y su Vice deben dar un paso al costado, quien queda al mando del Municipio es un Ultra Q.
- Perdió la ‘tranquilidad’ del control de cuentas. Por primera vez en la historia, una Intendenta tendrá que gobernar con un Tribunal de Cuenta con amplia mayoría opositora.
- Perdió el Poder. El Viernes 7 de Mayo la Intendenta veró la Ordenanza que sancionó el PJ sobre las tasas municipales para trabajadores ambulantes. Yendo en contra de los propios argumentos expuestos, en la última sesión el Concejo logró los dos tercios para ‘rechazar’ ese veto. El Veto fue reechazado por unanimidad. De aquí en adelante, la Intendenta perdió el poder de veto.
La situación en el Municipio es crítica. Con las elecciones cada uno juega su juego y nadie parece estar conforme con lo que decide la Conductora: los concejales que le responden cansados por tener que votar en contra de sus opiniones, secretarios que aprovechan para posicionar a sus figuras de confianza, mandos medios que confrontan abiertamente con el Gobernador Quintela, medios de comunicación con una abultada pauta municipal que apuestan al desgaste del gobierno provincial; y por último, el propio viceintendente que busca su juego propio, aún a costa de comprometer el futuro político y la gobernabilidad de la Intendenta Brizuela y Doria.
En definitiva, lo que Predomina en Juntos Por Carambola es un montón de jugadores que lejos de coordinar y mostrar juego en equipo, salen a la cancha cada uno por separado a mostrar únicamente su juego propio. Para la intendenta Brizuela y Doria, esto resulta además de complicado, peligroso. Las razones son que además de que este comportamiento de su espacio le puede jugar en contra de la gobernabilidad, su liderazgo se ve comprometido al no poder ordenar la tropa.
Quedó claro que Juntos por La Rioja fue una Coalición Electoral y no una Coalición de Gobierno. Ahora, próximos al desafío electoral legislativo, esa exitosa coalición electoral también está destinada al fracaso. Es que producto de la falta de liderazgo, cada uno de los actores persigue su propia estrategia. A saber:
- Julio Sahad ya se lanzó como candidato a Diputado Nacional, sin importar lo que defina Juntos Por La Rioja.
- Julio Martínez dejó claro a su espacio que el candidato a Diputado Nacional será Juan Amado.
- Felipe Álvarez respalda e impulsa la candidatura para Diputado Nacional de Guillermo Galván.
- El espacio político de Tere Luna (Norte Grande) se pronunció duramente contra el macrismo, anticipando que no será parte de Juntos por La Rioja si el Candidato representa la ideología macrista.
Sin importar lo que piense la Intendenta, ya hay ‘cuatro candidatos’ a Diputado Nacional que hacen su juego, provocando que el quiebre y ruptura de Juntos Por La Rioja sea solo cuestió de tiempo,
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