«Está hermoso, no se que decirte, Renzo está lindo, es hermoso, tuve la oportunidad de agarrar un estetoscopio y escuchar su corazón, sus latidos y es re lindo, estoy muy emocionado», dijo Haroldo alegremente.
Cuando le preguntamos por la evolución, el papá del nene de dos años dijo: «Está espectacularmente bien, lo cual es mucho mejor que estable, esta reaccionando muy bien, su estado clínico va perfecto».
Aún falta, pero las noticias son buenas:»Ahora hay que ver el tema de la recepción de líquido que tiene, y esas cosas, que son todas cosas típicas de un trasplante».
«Aproximadamente para mañana o pasado en teoría ya estarían sacando el respirador y de ahí ver el tema de los dolores», dijo Haroldo.
Seguramente el momento más esperado por Haroldo y Belén, la mamá del pequeño, sea aquel cuando Renzo despierte: «Tal vez lo dejen dormir hasta el miércoles de la semana que viene. Anoche fue la última vez que lo pude ver porque no podemos entrar. Una vez que se le desconecte el respirador podríamos entrar más seguido a verlo, seguiría sedado, pero no paralizado como ahora».
Una vez superada esta etapa, quedará todavía mucho camino por recorrer: «Por lo general, los trasplantados suelen estar dos meses o hasta tres dependiendo de la reacción, después tenemos que hacer internación ambulatoria de seis meses a un año, que la haríamos en Buenos Aires, en las cercanías del Garrahan».
«Se puede hacer en Corrientes, pero los médicos del Garrahan prefieren seguir tratándolo ellos en el primer tiempo, para ir adaptándonos a las nuevas medidas nosotros también», agregó.
Hasta los últimos minutos antes de la operación Renzo estuvo alegre y de buen ánimo: «Antes de la prueba estaba re contento. Cuando llegamos al quirófano se tiró a los brazos del anestesista y se metió. El quería más la operación que nosotros».
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