Horacio Rodriguez Larreta, el delfín de Mauricio Macri, será el próximo jefe de Gobierno porteño hasta el 2019, pero su partido perdió la ventaja de 20 puntos que registró en la primera vuelta del 5 de Julio. En el cuarto balotaje de la historia capitalina, el ministro coordinador logró imponerse sobre su oponente Martín Lousteau por una escasa diferencia: 3,28%, la más exigua desde que el distrito es autónomo. Al cierre de esta edición, con el 99,99% de las mesas escrutadas, la fórmula Rodriguez Larreta – Diego Santili obtenía el 51,64% de los sufragios, sobre el 48,36% de la dupla Lousteau – Fernando Sánchez, de ECO.
La acumulación obtenida ayer por Larreta es la más baja que registra el PRO en su corta historia partidaria. Hace cuatro años, cuando Macri disputó su reelección acompañado por Maria Eugenia Vidal, su cosecha en la segunda vuelta registró el 64,35% de los votos sobre el 35% de la fórmula kirchnerista Daniel Filmus – Carlos Tomada. Ahora, el segundo lugar que detentaba el FPV en la geografia electoral capitalina quedó en manos de ECO, una fuerza que el 5 de julio concentró 25,6 puntos y ayer, dos domingos después, incrementó su performance en 23 puntos porcentuales, posiblemente al calor de una masiva migración de los votos del FPV a favor de Lousteau.
Se trató de una nueva consolidación en las urnas del voto antimacrista: una porción del electorado que, luego de ocho años de gestión, el PRO no pudo seducir ni capitalizar. Ese inconveniente fue materia de distintos esfuerzos por parte del aparato de comunicación macrista para revertirlo. Pero a menos de un mes de las PASO nacionales se transformó en un verdadero obstáculo.
Por fuera de la cosecha de ambos candidatos, el otro porcentaje esperado de la jornada fue la cantidad de votos en blanco, una opción promovida abiertamente por los partidos de izquierda, y deslizada por el FPV, cuyo candidato, Mariano Recalde, quedó afuera de la segunda vuelta y consideró que ambos candidatos eran «parte de lo mismo», en referencia al peso del frente Cambiemos (ver página 5).Al cierre del escrutinio provisorio de esta jornada, los votos en blanco fueron 89.444, el 5,05% del total general. La cifra aporta un dato revelador del peso determinante que tuvo en este balotaje: el total de votos en blanco superó en 30 mil voluntades a los 57.045 sufragios de diferencia entre Larreta y Lousteau.
En el centro de campaña del PRO se hizo silencio cuando desde las pantallas gigantes comenzaron a conocerse los primeros datos del escrutinio. Los rostros del público empalidecieron desde que se hizo patente que la lucha entre Lousteau y Larreta sería más encarnizada de lo esperado. Los asistentes dejaron de bailar y se suspendió el servicio de catering. Si bien estaba previsto que hablara a las 19.30, Larreta no salió a escena hasta que estaba escrutado el 98% de los sufragios y la diferencia ya era un hecho incontrastable.
Las comunas
El balotaje aportó una foto muy distinta a la acumulación de votos que tuvo el PRO en las 15 Comunas porteñas durante la primera vuelta. El 5 de julio, el macrismo se quedó con la mayoría en todos los agrupamientos barriales, pero ayer perdió casi el 70% a manos de Lousteau, que le ganó a Larreta en las Comunas 3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y en la 15, uno de los corazones de la zona central porteña, donde la diferencia de ECO sobre PRO fue de 10 puntos. Los mismos territorios donde la fuerza no radicaba en Larreta, sino en la senadora Gabriela Michetti, que quedó relegada en las internas del 26 de abril.
Macri, el protagonista
“Mauricio presidente/ Horacio en la ciudad”, corearon los militantes PRO para recibir al alcalde electo y dejar bien en claro que, más allá de no tener su nombre en las boletas, Macri fue el gran protagonista ayer. Lo había sido en las PASO cuando se cargó a babuchas al jefe de Gabinete para horadar a Michetti, también la última semana anterior al balotaje, cuando recorrió la ciudad y ayer volvió a serlo: los discursos de los dirigentes «amarillos» apuntaron a sostener su candidatura presidencial.
Poco afecto a los parlamentos de hondo contenido político, el alcalde saliente se puso el traje de estadista y se animó a elogiar medidas que poco tiempo atrás había denostado. “Nos quisieron hacer creer que solo hay dos alternativas. O privatizar mal como en los ‘90 o administrar pésimo como en los 2000 y eso es falso”, aseguró. “La Asignación Universal por Hijo es un derecho, no un regalo que alguien dio y otro puede sacar. Vamos a trabajar en el Congreso para que la AUH esté garantizada por una ley”.
A continuación se disfrazó por un rato de kirchnerista y adelantó que en caso de ganar la Presidencia, “Aerolíneas seguirá siendo estatal, pero bien administrada”, y que “YPF seguirá manejada por el Estado, pero no la YPF que ellos privatizaron y que después confiscaron violando la Constitución”. Hasta recreó su propia versión del hit lennoniano “Powe to the People”, cuando aseguró que “el poder es de la gente”.
El viento de cola que no fue
Pese al desgaste que provocó en el PRO la mínima diferencia sobre Losteau, el resultado le permitirá retener el control de la Capital, uno de los tres distritos clave que pretendía conquistar para consolidar la aspiración presidencial de Macri, que desde hoy comenzará la etapa final de la campaña para las PASO de agosto.
Tras la derrota de Santa Fe, y el segundo lugar en Córdoba, el PRO pagó un alto costo para sostener su liderzago sobre la Capital, dentro de una contienda ante dos de los socios de Cambiemos, la alianza que disputará tres precandidaturas presidenciales. El 9 de agosto, su interna será entre Macri, Elisa Carrió (CC) y Ernesto Sanz (UCR). En la ciudad, el representante de los ultimos dos aspirantes, fue la fórmula Losteau – Sánchez, cuya lista arrancó la campaña del balotaje con una desventaja de 20 puntos y ayer la redujo a poco más de un octavo. Para el final de la jornada el ingenio popular había tomado nota de la noche se zozobra que se vivió en el macrismo. “Vamos juntos al cardiólogo”, era uno de los memes que hicieron furor en las redes sociales. «
DETERIORO SUCESIVO DEL PRO
Por Analía del Franco
No soy muy adepta a pensar que en las elecciones locales condicionan mucho las nacionales, pero en esta situación el PRO ha sufrido un deterioro sucesivo: fue muy reñido el resultado en las PASO; hubo 20 puntos de diferencia en la general, que ayer Horacio Rodríguez Larreta no logró mantener y obtuvo 51 puntos pero con menos gente que lo votó que hace 15 días. No son condicionantes a las nacionales, pero ha sido una imagen de deterioro sucesivo en su propio enclave, donde el PRO nació como partido local. Este resultado lo condiciona a Mauricio Macri; es un golpe fuerte al interior del PRO, porque baja el exitismo y no puede polarizar un voto antikirchnerista.
En cuanto al voto en blanco, fue mucho más bajo de lo que se esperaba. Funcionó como un voto a favor Rodríguez Larreta, pero la hipótesis que en general se tenía era que cinco de cada diez votantes del Frente para la Victoria votaría a Martín Lousteau y cuatro de cada diez elegirían el voto en blanco, pero finalmente no se dio. El voto en blanco se entendió como un voto a Macri y hubo un posicionamiento fuerte anti Macri. Esto marca que los votos no son más cautivos, no son de nadie y sobre todo en el electorado porteño, donde el 80% dice no pertenecer a un partido político.
Con este resultado, también se cae el mito del voto transversal a Macri, que ya no es tanto y quedó sostenido por la columna norte de la ciudad, desde Núñez hasta Recoleta. «
UN ESCENARIO DIVERTIDO
Por Hernán Brienza
Las elecciones de ayer en la Ciudad de Buenos Aires generaron todo tipo de interpretaciones. Y eso es lo que hizo, justamente, tan juguetones los resultados del balotaje y tan entretenido el escenario político nacional.
a) Mauricio Macri se llevó un susto grande: casi se queda sin su bastión principal y su caja política por apostar a un secuaz con menos carisma que Fernando de la Rúa dormido. Y ahora pagará las consecuencias: llega a las elecciones presidenciales sin la provincia de Santa Fe, con un magro resultado en Córdoba y con una victoria rasposa en su único distrito asegurado.
b) Martín Lousteau estuvo a punto de consagrarse. Desde hace más de un año que insisto que Lousteau era el candidato perfecto para Buenos Aires. Pero no le alcanzó. Subestimó al electorado kirchnerista o no quiso ganar las elecciones. Si hubiera hecho un gesto mínimo –no era necesario una alianza sino un simple gesto de acercamiento-, hoy sería el gobernador de la ciudad. Pero el «antikirchnerismo» ciego de sus cómplices y/o jefes políticos –Elisa Carrió y Ernesto Sanz- le impidió intentar seducir al sector del kirchnerismo, que le podría haber hecho conseguir la victoria. Una pena. De todas maneras hizo una gran elección y tiene mucho para seguir creciendo.
c) El kirchnerismo sonríe malicioso. Su tercer puesto lo dejó fuera del balotaje, pero el resultado de la segunda vuelta lo redime desde la ironía. Macri llega a las PASO nacionales pidiendo agua, Lousteau no alcanzó la gobernación, por lo tanto no tendrá experiencia gubernativa en 2019 como para convertirse en un cuco presidenciable. El FPV debe tomar nota de que quizás no pueda encabezar una alianza en CABA pero sí puede aportar los votos necesarios para que un candidato afín posicional o ideológicamente pueda llegar al gobierno en el distrito.
d) Daniel Scioli sonríe. Si todo sigue así es ganador sin mover –aparentemente- ninguna pieza en el tablero. Ahora tiene un desafío: en los últimos meses «kirchnerizó» su discurso para encabezar la fórmula presidencial del FPV y ser «tolerado» por el kirchnerismo progresista. Ahora, deberá balancear un poco el aeroplano para volver a posicionarse como un candidato misterioso que seduzca a los votantes no tan kirchnerista.
e) La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, seguramente, también sonríe conforme, y con un dejo de socarronería en los labios.
¿No me diga que no es divertido? «

