Los riojanos venimos acostumbrados a ser testigos impotentes de una constante lucha entre Ejecutivo Provincial y Municipal. A pesar del notorio -y auténtico- acercamiento entre Quintela y Beder Herrera desde fines de abril de este año, el ciudadano tiene en el subconsciente la posibilidad latente de un incipiente conflicto ente el Gobierno Provincial y Municipa. Departamentos como Famatina, Chamical en rebeldías esporádicas y Arauco tras el ‘plantón’ de Beder a Minuzzi en las elecciones del 2013 (iba a ser candidato a Diputado Nacional y lo bajó a minutos del cierre de lista), refuerzan el ‘Caso Capital’.
Palabras como ‘discriminación’, ‘distribución arbitraria’, ‘cierre del chorro’ o ‘corte de fondos’ fueron utilizadas por varios actores políticos, sociales y comunicacionales durante los mandatos de Luis Beder Herrera. Con valentía supina, algunos Intendentes se han animado a enfrentar la omnipresencia de Beder Herrera, sin temer las ‘seguras’ consecuencias financieras en contra que se avecinaban. No hace falta que se le explique al ciudadano las causas, motivos y secuelas de una mala relación entre Provincia y Municipio, las vivieron en carne propia durante muchos años y saben bien de qué se trata.
Sin embargo, en el período 2015-2019 los riojanos podríamos vivir un escenario político radicalmente distinto al que venimos acostumbrados. La relación entre el Gobernador electo y el Intendente capitalino electo es fenomenal; pertenecen al mismo sector interno del bederismo y trabajan codo a codo desde hace varios años. Por otra parte, respaldando esta teoría, los ‘intereses’ entre Alberto Paredes Urquiza y Sergio Casas parecen no cruzarse: en principio, el actual Secretario de Gobierno no tiene pensado ir por la Gobernación en 2019, sino consolidar su proyecto en Capital.
“No voy a ser un Intendente que solo piensa en la Gobernación, voy a ser un Intendente que piense en los capitalinos”, repitió varias veces Paredes Urquiza. Así mismo, en el improbable caso que APU aspirara a la Casa de las Tejas en 2019, Sergio Casas NO sería su rival, ya que está imposibilitado constitucionalmente para ir por la reelección, al tener dos mandatos en el poder (el actual como vice y 2015-2019 como Gobernados). La relación Gobernador-Intendente capitalino en la próxima gestión NO tiene intereses cruzados que la puedan poner en peligro.
Otra pista que nos ayuda a confirmar esta ‘amigable relación’ entre nuestros futuros Gobernador e Intendente es la postura de Paredes Urquiza con respecto a la Ley de Coparticipación Municipal. Sorprendiendo a propios y extraños, Paredes Urquiza desfiló por los medios asegurando que no era ‘vital’ e ‘imprescindible’ para tener una buena gestión, tal como lo asegura el Quintelismo. “Yo necesito que me garanticen los fondos con los que voy a contar, ya sea por Coparticipación o por acuerdo financiero como se viene haciendo”, disparó el Intendente electo. Algunos dirigentes aprovecharon para criticarlo y pusieron al descubierto un análisis que sirve como aporte para este artículo: “Como es ‘amigo’ de Casas le van a abrir el chorro y hasta lo perjudicaría la Ley de Coparticipación”.
Más allá de cierta intencionalidad política con la que se esgrime la crítica, una acepción de esa frase es totalmente verdadera: Paredes Urquiza es ‘amigo’ de Sergio Casas. Salvo algún imponderable totalmente impensado, la relación entre los mandatarios andará por buenos andariveles.
¿Y los vices…?
En el período 2015-2019 la atención no se centrará en la relación Provincia-Municipio, sino en la relación primer mandatario-vice; tanto en la Gobernación como en la Intendencia. Aquellos admiradores a ultranza de Beder Herrera aseguran que “el Doctor la hizo tan bien que les dejó a marca personal a los dos (Casas y Paredes Urquiza) para que no crezcan demasiado”.
Esa relación de amistad y compañerismo político que existe entre el Gobernador e Intendente electos, es la que brilla por su ausencia entre Casas y su vice, y entre Paredes Urquiza y su vice. Lejos de ser ‘compañeros’ de militancia y sector interno del Bederismo, Néstor Bosetti y Felipe Álvarez fueron –hasta hace unos meses- enemigos de Casas y Paredes Urquiza. Ambos líderes ejecutivos tendrán a su principal oposición ‘dentro de casa’, serán sus vices quienes los controlarán bien de cerca y aprovecharán al máximo el mínimo error para sacar réditos políticos.
Si hacemos un poco de memoria, Néstor Bosetti fue quien perdió las elecciones internas del bederismo contra Sergio Casas el 8 de Marzo. Lejos de poner ‘buena cara’ y acompañar desde el llano, el actual vicegobernador electo evidenció su tristeza y desazón en lo que intentó ser una ‘foto de triunfo’ junto a Beder Herrera y Sergio Casas. Apenas horas pasaron para que el ‘bosettismo’ comenzara a denunciar fraude: “la elección la ganó Tití”, repetían. Algunos ‘corajudos’ (como Alicia Cabral) lo hacían públicamente, mientras que otros lo hacían en off con cuanto comunicador se cruzaran.
El liderazgo de Luis Beder Herrera logró controlar los daños colaterales que provocó el 8M, con cargadas descontroladas y discusiones muy fuertes en varios despachos de la Casa de las Tejas y la Residencia Oficial. Sin el premio mayor, Bosetti logró quedarse con la vicegobernación, pero no lo hizo de la ‘mejor manera’, sino presionando al bederismo y su Jefe con amenazas de abandonar el sector: “acá están mis votos, si los quieren bien, sino se van…”. En el ‘casismo’ no se olvidan de eso ni tampoco de varias travesuras que hizo el –como ellos mismos lo llaman- ‘golosinero’ desde su Radio, operando en reiteradas veces contra ‘compañeros’ del mismo espacio.
Paredes Urquiza también tendrá lo suyo con Felipe. Hasta horas antes de confirmarse la fórmula Paredes Urquiza-Felipe Álvarez, el titular del PAMI operaba a destajo en Buenos Aires para lograr ser el candidato a vice quintelista. Con su militancia en la ‘cámpora’ y la llegada a Florencio Randazzo mediante su novia y flamante madre de su hija (trabaja en el Ministerio del Interior), Felipe consiguió que el Ministro intercediera con Quintela para ‘considerar’ la posibilidad de integrarlo en la fórmula de su espacio. Luego, Beder Herrera copó la parada y definió que la fórmula sea Paredes Urquiza-Felipe Álvarez.
Otro dato para tener en cuenta es la indisimulable resistencia que tiene Felipe Álvarez en la militancia de Paredes Urquiza, sobre todo en Juventud. Los jóvenes que acompañan desde la primera hora a APU tienen en Felipe Álvarez a un enemigo, más allá de esta cercanía electoralista. “Ahora es hora de que se pongan a laburar”, se burló Felipe al pasar frente a los ‘jóvenes paredistas’ en la presentación oficial de la fórmula. ‘Caradura’ fue el agravio más liviano que recibió como respuesta.
El bederismo ya ganó el 5J y el fervor de la victoria se va apagando. Al mismo tiempo, comienzan a renacer esas ‘diferencias’ irreconciliables que existen, pero la ‘campaña’ logró ocultar. A medida que se vayan decidiendo los próximos Ministros y Secretarios, los enfados, rencores y venganzas sobrevolarán la escena. El ‘enfrentamiento’ volverá a ser noticia en la política riojana, pero no entre Gobernador e Intendente capitalino como estábamos acostumbrados, sino entre Gobernador y vice e Intendente y vice.
Sergio Casas es el nuevo DIDI MAZA, en cuanto pise ne falso NGB se losaca de encima con un juiciopolitco tallo hizo Mandiga Herrera con Didi. Tengan en cuenta mi comentario