Redacción de RiojaLibre
Durante años, desde el radicalismo se le criticó a Cristina que su Gobierno era un ‘relato’ que contrastaba con la Realidad. Hoy, al macrismo le sucede exactamente lo mismo: mientras se dan cifras irrisorias que no hacen más que enfurecer a los ciudadanos, la cruel realidad muestra un escenario muy distinto. Desde que Macri asumió la presidencia, en La Rioja fueron noticia las ‘fábricas cerradas’, los ‘comercios fundidos’ y la gran cantidad de Programas Laborales que llegaron a su fin.
El ex trabajador industrial que ya no tiene su fuente laboral, el comerciante golpeado por la inflación, y el riojano que ya goza de su programa laboral, tienen que soportar ver declaraciones indignantes como la siguiente:
El caradurismo de Olivares no tiene límites: cita como ejemplo el Plan Belgrano en La Rioja. No solo no se generó trabajo genuino con el Plan Belgrano sino que NO vino ni una obra de todas las que prometió Macri durante su campaña.
Según informa la Secretaría de Trabajo de La Rioja, solo en el sector Industrial, casi 2.000 trabajadores perdieron su fuente laboral desde que asumió Macri. Aquí el detalle, con los despidos fábrica por fábrica:
¿Con qué cara Olivares y Cambiemos mira a estos 1.911 riojanos que se quedaron sin trabajo por las políticas económicas de Nación? Además de perder su trabajo, estos riojanos deben soportar que los referentes de Cambiemos en La Rioja se les rían en la cara, afirmando que hay 200.000 empleos nuevos.
Realmente uno no se explica cuál es la intención de dichas declaraciones. Mientras el Diputado de Cambiemos dice que hay 200.000 empleados nuevos, las cifras oficiales aseguran que en Argentina 115.700 trabajadores perdieron su empleo desde que Macri asumió como Presidente.
Recordemos una nota publicada por un medio nacional:
Un despido cada seis minutos en la Argentina
115.700 trabajadores perdieron su empleo en nuestro país. Las pymes son las más perjudicadas por la política del Gobierno nacional
BUENOS AIRES (Redacción) – Desde la llegada de Cambiemos al poder, 115.700 trabajadores perdieron su empleo en nuestro país, deteriorando gravemente el tejido social. Las suspensiones laborales suman más de 130.000. Las pymes, las más perjudicadas por la política del Gobierno nacional. En la Argentina de Cambiemos, hay un despido cada seis minutos.
«Recuperamos todos los puestos de trabajo que se perdieron en el último año”, dijo el Presidente Mauricio Macri el pasado martes en la ciudad de Rosario en el acto por el Día de la Bandera. Más allá de los pronósticos optimistas del oficialismo, la realidad no se condice con lo que se vive en las calles, que impacta fuertemente en los sectores más vulnerables de la sociedad.
De acuerdo a los datos provistos por el Ministerio de Trabajo de la Nación que conduce Jorge Triaca, desde el 10 de diciembre de 2015 al 31 de mayo de 2107 en la Argentina hubo 115.700 despidos, que se dividen en 75.200 puestos en el sector privado, y 40.500 en el Estado. De esta manera, los datos muestran que en suelo nacional un trabajador pierde su fuente laboral cada seis minutos, algo que se asemeja a los años 90, cuando el neoliberalismo hizo estragos en el tejido social, desmembrando a cientos de miles de familias que se quedaron sin el sustento mínimo para subsistir.
A esta situación se agrega el hecho de que en los 564 días que van del gobierno de Cambiemos, las suspensiones laborales en fábricas y empresas han superado las 130.000. Así, la cantidad total de despidos y suspensiones alcanzan los 245.700 afectados, lo que brinda el desalentador dato de que existe un caso de expulsión o suspensión cada tres minutos en el país, sembrando de escepticismo la estabilidad laboral de los trabajadores.
El panorama se agrava si se tiene en cuenta que el último informe sobre desocupación elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) muestra datos alarmantes sobre la evolución del empleo en la Argentina, ya que la tasa de desempleo subió al 9,2% en el primer trimestre de este año, con un alza de 1,6 punto porcentual respecto al cuarto trimestre del año pasado, cuando había sido de 7,6%.
Con estos números, que muestran la fuerte contracción económica que reina en buena parte de la producción nacional, se evidencian las contradicciones de un discurso oficial que habla de «brotes verdes” y «pobreza 0”, pero que todavía no ha podido hacer pie en el mercado laboral, pareciendo que los grandes enunciados lanzados desde el Gobierno son imposibles de alcanzar.
La crisis de las Pymes
Las principales perjudicadas por el modelo instaurado por el Gobierno han sido, sin ningún lugar a dudas, las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), que han visto mermar su competitividad y productividad. La grave situación ha llevado a que se produzca el cierre de más de 9.000 de estas firmas en los últimos 18 meses, en un promedio de veinte por jornada en lo que va de 2017.
Entre las razones que explican que este fenómeno, se da la política de apertura indiscriminada de importaciones que llevan adelante las autoridades económicas. La misma ha provocado la imposibilidad de las pymes de competir con los productos que vienen del extranjero, expulsando del mercado laboral a decenas de miles de trabajadores en un sector que emplea entre el 75 y el 80% del trabajo registrado.
Algunos datos evidencian cuánto daña a la industria nacional la entrada de productos sin ningún tipo de control oficial desde el exterior, como por ejemplo el crecimiento en un 18% de la adquisición de bienes de consumo, lo que llevó a que en los últimos meses haya caído un 8% la producción de las pequeñas y medianas empresas.
De acuerdo a cifras dadas a conocer por las cámaras empresariales, el 60% de los despidos acaecidos desde diciembre de 2015 se dieron en el sector industrial, principalmente en las ramas de la metalurgia, el calzado, textil y marroquinería. Esto conllevó además a que los empleados en blanco perdieran alrededor de un 10% de su poder adquisitivo durante 2016.
Una situación preocupante la de los despidos y suspensiones a lo largo y ancho del territorio nacional, evidenciando que las palabras del Presidente Macri de que «cada día se crean nuevas oportunidades” están muy lejos de la realidad que se percibe en la vida cotidiana. Así, la política oficial no hace más que desparramar dudas y desconfianza hacia el interior del andamiaje económico y social de cara al futuro inmediato.