El Gobierno accedió por primera vez en la historia a desclasificar archivos sobre posibles avistamientos de naves extraterrestres e hizo públicos los datos disponibles sobre el denominado “Caso Bariloche”, ocurrido en 1995.
En diálogo con Nancy Pazos, en el programa Ruleta Rusa, Polanco revivió detalles de aquella fría noche de invierno. “Fue un evento que me dio vuelta la cabeza”, aseguró.
“Yo era el comandante del vuelo. Llegando a Bariloche nos avisan desde la Torre de Control que había habido un corte de luz. Estuvimos a punto de volver a Aeroparque. Al rato nos informan que se había retomado la energía con un generador auxiliar del aeropuerto, utilizado para estos casos”, contó Polanco.
Luego del aviso, el ex piloto de Aerolíneas inició lo que se llama la aproximación. “Cuando llegamos a la vertical de Bariloche comencé a ver una luz a lo lejos, como a unas 12 millas del aeropuerto y a lo que se llama la posición geográfica a las 11 del reloj (arriba al fondo)”.
“Desde la Torre de Control nos dicen que no tenían nada, solo un avión de Gendarmería pero que está detrás nuestro. Era un avión militar –recuerda Polanco– con dos gendarmes que resultaron dos grandes amigos y luego fallecieron”. Ellos fueron los testigos presenciales del evento más importante hasta ahora de avistaje.
Según recordó Polanco, ellos pudieron observar el momento en que el ovni se puso prácticamente a su lado y comenzó a acompañar en el descenso del Boeing 727 hacia el aeropuerto internacional Tte. Luis Candelaria. “Cuando estábamos por tocar la pista se volvió a cortar toda la luz: El operador del sistema me explicó luego que el generador se aceleró a fondo solo, comenzó a sacar humo y se paró; el aeropuerto se quedó a ciegas. En ese momento tomé conciencia de que algo no estaba bien e iniciamos la maniobra de escape”, señaló.
Polanco recuerda aquellos momentos como algo que le cambió la vida. “Hago la maniobra de escape y cuando alcanzo los 10 mil pies, comienzo a virar por derecha, hacia el lago. En ese momento veo nuevamente la luz. Nivelé la altitud para no llevarme por delante el avión de Gendarmería, que estaba 300 metros más arriba. Cuando vuelvo la mirada, le pasé cerca, casi rozando el plato volador y volví para la vertical del aeropuerto”, contó.
“La tripulación del avión de gendarmería me informó después, de forma personal, que el objeto me siguió por debajo y que cuando comencé el alejamiento para volver a aterrizar, el ovni desapareció hacia el Cerro Otto. Fue algo muy duro, fueron muchos minutos de contacto real con una nave persiguiéndome. No fue un ratito, fueron 17 minutos en total”, detalló.
Respecto del ovni, Polanco recordó que tenía una forma bien definida: “Medía unos 30 metros de diámetro. Era un plato sopero, de esos profundos para comer guiso de lentejas, pero invertido. Tenía luces verdes que giraban a gran velocidad y en la parte de arriba una luz naranja que parecía que respiraba; eso me marcó toda la vida”.
Aquella experiencia lo acompaña hasta hoy. La sensación que le dejó el episodio es que si hubiesen sido agresivos otro hubiera sido el final. “Estamos hablando de tecnología de civilizaciones que nos pueden llevar miles de años. No solamente interpretan lo que vos pensás y se adelantan a todo eso, cosa que demostraron con los actos. También demostraron que interfirieron con la tripulación que me miraban y no paraba de llorar. Los dos que me acompañaban quedaron bloqueados, por eso tuve que hacer maniobras prácticamente solo. Para mis adentros pensaba si todo esto era un sueño, algo que no estaba pensado”.
“Esto fue hace muchos años; si hubiera tenido un celular no solamente era conocido y famoso, era multimillonario con esa foto”, bromeó Polanco hoy, 25 años después de aquel episodio.
Esta mañana, el Gobierno desclasificó toda la investigación de este hecho, incluyendo las conversaciones entre la Torre de Control y los pilotos de los dos vuelos que habrían tenido contacto con el objeto no identificado.