El ajuste libertario golpea donde más duele: la mesa de los argentinos
El 90% de los hogares argentinos hoy tiene deudas con tarjetas de crédito o billeteras virtuales. No para cambiar el celular, ni para pagar vacaciones. Lo hacen para comprar comida, medicamentos y cubrir gastos básicos. Esta fue la advertencia que dio la especialista en economía familiar Celeste Sánchez en una entrevista con TN.
“El supermercado, los medicamentos, el combustible… hoy se financian con tarjeta”, dijo Sánchez. Lo que antes era una herramienta para bienes durables, ahora es la única vía para que muchas familias lleguen a fin de mes. Pero ese acceso no es gratuito: las tasas son altísimas, los bancos ofrecen cada vez menos alternativas de pago, y muchas personas terminan atrapadas en un ciclo de deuda que solo crece.
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La trampa del crédito: sobrevivir hoy, hundirse mañana
Ante la brutal caída del poder adquisitivo, el Gobierno no ofrece ninguna red de contención. El ajuste lo pagan los que menos tienen, y eso se ve en las estadísticas: cada vez más familias financian su alimentación diaria. Comprar galletitas en 3 cuotas o leche con un préstamo virtual ya no es una anécdota: es la regla.
“Cuando terminás de pagar la última cuota, ya no te queda ni el papel del paquete de galletitas que compraste hace tres meses”, graficó Sánchez.
El resultado es una bomba de tiempo económica y social. Las billeteras virtuales y los bancos se enriquecen, mientras los ciudadanos se endeudan para no pasar hambre. ¿Es esto una economía ordenada?
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Milei: default social para cumplir con el Fondo
El gobierno de Javier Milei se jacta de “ordenar la macroeconomía”, pero lo hace a costa de la vida cotidiana de los argentinos. Las tarifas suben, los salarios pierden contra la inflación y el crédito barato desapareció. En su lugar, hay préstamos usurarios, refinanciaciones imposibles y promociones que son trampas de consumo.
“Si no usás la tarjeta, no comés los últimos días del mes”, admitió la conductora del programa.
Milei prometió dinamitar la casta, pero está fundiendo a la clase trabajadora y endeudando a los pobres. El gobierno no ofrece un plan de desarrollo, ni redistribución, ni alivio. Solo empuja a la gente al borde del abismo financiero.
Conclusión
El experimento libertario ya fracasó para millones de argentinos. Comer fiado, financiar medicamentos, pedir préstamos para pagar deudas: ese es el verdadero rostro de la motosierra. No es austeridad, es crueldad planificada.