Funcionarios del gobierno riojano, junto al hijo del gobernador Beder Herrera (derecha), posando en el paisaje de la dádiva.
“El proyecto debe continuar”, fue el slogan de campaña. Un proyecto que ofrece migas de pan a cambio de votos que mantengan la riqueza de los que gobiernan. El pobre no tiene salida, puesto que es esclavo del hambre. El gobierno de La Rioja, de la mano de la política “inclusiva” del gobernador Beder Herrera, se ocupó de multiplicar los pobres, convirtiéndose en el modelo de gobierno más excluyente de los últimos tiempos.
Los candidatos Sergio Casas, Néstor Bosetti y Javier Tineo no lograron obtener la legitimidad del pueblo riojano, ya que más de 200 mil ciudadanos les dieron la espalda, ignorándolos al punto tal de no asistir a votar. El triste resultado que hoy es festejado por los seguidores de Sergio Casas de una manera mediocre, no tiene legitimidad ciudadana, ya que el «ganador» no representa ni si quiera al 15% del padrón electoral de la provincia.
La campaña fue un fenómeno digno de estudio. No hubo propuestas. Sólo un canje de limosnas a cambio de que los nuevos “esclavos del hambre”, entreguen su voto.
Las calles se tiñeron de afiches y pintadas que sólo exhibían rostros y nombres. No había nada más. Se acompañó la acción de propaganda con miles de bolsas con alimentos, que fueron distribuidas en mano, por quienes ven desesperados cómo el abuso de poder se les acaba.
Posaron en fotos sin ponerse colorados. No sintieron remordimiento alguno de estar al lado de seres humanos que sólo piensan en alimentarse hoy. Personas que hace tiempo resignaron sus anhelos por construir un futuro. Sobrevivientes de políticas basura que siembran hambre y postergación.
Una fecha que será efeméride
Este 8 de marzo, paradójicamente se cumplieron 8 años del día en que el pueblo de Famatina echó a Barrick Gold de la montaña que le provee vida a Chilecito y Famatina. El día internacional de la mujer… y casualmente, quienes fueron protagonistas de la odisea frente al poder, fueron mujeres.
La traición política de quien había prometido respetar la voluntad de los pueblos, fue olvidada por muchos candidatos políticos, pero no por la Justicia de la vida. Hoy, el mismo día de ese aniversario, el pueblo castigó en las urnas al mentor de las políticas de división y contaminación social, Luis Beder Herrera.
Después de todo el viejo refrán no falla: «Hay que matarlos con la indiferencia». Y eso hicieron más de 200 mil riojanos.
La política provincial baraja y da de nuevo. El ciudadano exige un cambio.