Por el Licenciado Mauricio Guerrero
Un ruido que no construye nada.Pero comunicar no es publicar. Comunicar es conectar.
Y ahí está la falla más profunda de la dirigencia actual: cree que la conversación pública se ordena desde un botón de “postear”, cuando en realidad se ordena desde la capacidad de interpretar qué siente, qué teme y qué espera la gente.
La mayoría de los gobiernos (nacionales, provinciales y municipales) tienen redes hiperactivas, pero comunidades desconectadas. Comunican más que nunca, pero conectan menos que antes. ¿Por qué? Porque perdieron la noción esencial de todo mensaje: que el destinatario no es un algoritmo, es una persona.
La política sigue hablando desde arriba, en tono institucional, técnico o autocelebratorio. Y la ciudadanía responde de otra manera: silencio, indiferencia o enojo. No por ideología, sino por saturación. Porque la gente no necesita que le cuenten más cosas: necesita que le expliquen, que le escuchen, que le ordenen el caos del día a día.Publicar es fácil. Conectar es difícil.
Conectar implica leer el clima social, entender el humor colectivo, interpretar por qué una noticia pega y otra no. Implica asumir que un mal anuncio comunicado de forma torpe no es solo un error: es una pérdida de confianza.
Y la confianza no se recupera con posteos, se recupera con diálogo.En un país donde la incertidumbre gobierna, la comunicación pública debería enfocarse menos en “mostrar gestión” y más en dar sentido.
No se trata de llenar redes, sino de construir una conversación que respire humanidad, claridad y empatía.La política que crea que comunicar es publicar seguirá hablando sola.
La que entienda que comunicar es conectar, volverá a tener un lugar en la agenda social.
Fuente: Noticias Fans

