El jefe de Estado, además, consideró que el bloque regional «necesita más y mejor infraestructura, más redes de comunicación confiables, mejores procedimientos aduaneros, crecer hacia adentro para poder crecer hacia afuera, crecer hacia afuera para crecer hacia adentro».
En este punto, Macri señaló la necesidad de «negociar acuerdos para insertarnos mejor en la economía global, nuestra participación en los flujos de comercio, en las inversiones. Con acuerdos de este tipo (en relación a la Unión Europea) fortaleceremos al Mercosur como proceso de integración».
«El compromiso de la Argentina es que sirva no solo para integrarnos entre nosotros sino para ampliar los beneficios de la globalización; no se trata de si es buena o mala, sino de qué tipo de globalización queremos», destacó el mandatario.
Y amplió: «Hay que generar condiciones para comercio justo, reducir la pobreza. La negociación con la Unión Europea es particularmente relevante y me alegra que todos hayamos coincidido en eso, porque se trata de un destino natural para las importaciones, el comercio, las inversiones, la tecnología, y las múltiples oportunidades de negocios».
«Argentina asumió la presidencia el G20, que en 2018 se celebrará en Sudamérica. Nosotros buscaremos de ser la expresión de una región, no de país, para llevar al corazón del G20 las aspiraciones y ocupaciones de nuestra región», finalizó.
La historia de la foto que conmueve al mundo: una niña toma agua de un charco en Misiones
La imagen fue tomada el miércoles 13 de diciembre en Posadas, al mediodía, en el cruce de Avenida Mitre y López Torres
El miércoles 13 al mediodía, la periodista Patricia Fernández viajaba en auto por Av Mitre en la ciudad de Posadas, Misiones, para ir a trabajar. Fernández realiza el mismo trayecto todos los días de semana, a la misma hora. «Pero nunca había visto lo que vi ese día. Me partió el alma», cuenta la periodista a LA NACION. La mujer vio cómo una niña guaraní tomaba agua de un charco en la vereda.
«Le saqué una foto porque no lo podía creer. Era algo totalmente llamativo, que ilustra la realidad de esta gente, estas familias guaraníes que viven en la calle, sobre la avenida», dice Fernández.
La periodista fue inmediatamente al sitio de noticias donde trabaja, Misiones Online, y junto a un grupo de compañeras compraron agua y helados para los chicos y sus familias. Ese día en Posadas la máxima fue de 37 grados.
«Vienen por temporadas. Los chicos y los adultos. Y viven de pedir limosna. Al principio, hace unos ocho años, vendían artesanías, pero ahora solo piden limosna. Y los mandan a los chicos a pedir, los adultos no lo hacen. A veces también los chicos venden unas bolsitas con limones. Alguien les arma esas bolsitas, no se quién», dice Fernández.
No es la primera vez que la periodista se acerca a los chicos guaraníes que viven en esa zona para ayudarlos. «Yo tengo una nena de 6 años y siempre me sensibilizó esa situación. A fin de año siempre juntamos algo y les llevamos cosas para Navidad. También para Pascuas. Yo me imagino a mi bebé en esas situación y no lo puedo soportar», dice.
De todas formas, no es fácil acercarse a los chicos guaraníes. «Los grandes no te dejan que te acerques. Y hablan guaraní, lo que hace difícil la comunicación, obviamente. El otro día nos volvimos a acercar con una compañera de trabajo que habla guaraní pero los adultos como que ponen una barrera, son más cerrados», dice Fernández.
La foto se publicó en Misiones Online la semana pasada y se viralizó rápidamente en redes sociales. Medios extranjeros como El País y El Mundo, de España, y el El Universal, de México, entre otros, también levantaron la noticia.
«Espero que la foto logre que más gente se acerque a ayudar a esta gente», dice Fernández. «Por suerte hay mucha gente solidaria».
«En otras oportunidades, hablamos con agentes de Estado para que traten el tema, pero es difícil. A veces se los llevan a sus aldeas, los ayudan a trasladarse, pero después vuelven. Alguien los está explotando. Por eso a veces desde el Estado dicen que no les compremos cosas y que no los ayudemos, para que vuelvan a sus aldeas y se corte el círculo que los lleva y los trae. Pero es muy difícil. Es todo un dilema», dice Fernández.
Muchachos! Que ustedes estén acostumbrados a ver jubilados de 25 años de edad no hace que eso sea normal. Esos no eran ningunos jubilados.